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Me Cago En Mi Vida

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¡Contacto!

¡Contacto!

He de reconocer que, desde niño, me ha gustado siempre la Ciencia Ficción. Este relato me ha rondado por la cabeza años, probablemente inspirado en alguno que oí en La Rosa de los Vientos, una de esas madrugadas de insomnio. A ver cómo queda.  

Luchs andaba ilusionado con el contacto. Desde hacía unos años, su trabajo en el observatorio se había vuelto muchísimo más interesante: La llegada de aquella sonda y el incremento exponencial de avistamientos le habían conferido un status en la comunidad que jamás habría soñado. Ya no se llevaría más collejas de sus compañeros de escuela. Ya nadie se referiría a él como ese gordinflón perezoso y con gafas, incapaz de conseguir una buena compañera, una buena casa y un buen trabajo.

No, ahora, sus años invertidos en el cubículo que le reservaron sus progenitores, estudiando ciencias, matemáticas e informática, habían dado su fruto. Para nada se arrepentía de no haber hecho deporte, de no haber salido por ahí a tratar de emparejarse. Ahora era respetado y admirado. Un contacto con otra civilización extraterrestre. ¡Toma ya!

Los bip-bip sonaron como si hubiesen sufrido un ataque de pánico, todos los monitores empezaron a comunicar señales de proximidad: Un pequeño objeto metálico deceleraba en una especie de reentrada. En ese momento, sólo faltaba música de fondo para dar un toque épico a la situación. ¡Ya están aquí chicos! ¡Seamos amables con los vecinos! Dijo el supervisor, uno de esos tipos estreñidos que se toman su cargo superior como una señal inequívoca de que su mierda huele a pétalos de rosa.

Llegaban sin avisar. Bueno, casi. En realidad llevaban avisando años, enviando esos objetos tan avanzados que tomaban imágenes, sonidos y muestras de tierra y aire y a cambio traían consigo imágenes y sonidos de otro planeta: Lo que en xenosociología se denomina una tarjeta de visita. 

El objeto estalló al entrar en la atmósfera... bueno, en realidad se dividió en cuarenta partes más pequeñas que descendieron soltando pequeños trozos de metal al rojo mientras descendían en caída libre. De cada grupo de trozos, uno más grande parecía decelerar aun más y, finalmente, a varios miles de metros del suelo, les creció algo, una especie de enormes glándulas de un material muy blando que los cubrieron. Los impactos, curiosamente cercanos unos de otros, levantaron enormes nubes de polvo al rededor de la estación de seguimiento. Un fenómeno jamás visto que Splatz y él decidieron capturar en imágenes en movimiento.

No se había despejado la nube de polvo y arena en suspensión, cuando cuarenta formas gigantescas salieron de entre la oscuridad. Un haz de luz atravesó el polvo y la cabeza de Splatz hizo honor a su onomatopéyico nombre: Sin comerlo ni beberlo, estaba de repente cubierto por vísceras y sangre de su compañero del Instituto Astrofísico. Algo le lanzó al suelo, un impacto cinético de terrible poder que posiblemente le había atravesado. En realidad temía comprobarlo. Estaba tratando de imaginar qué demonios había ocurrido cuando una enorme explosión volatilizó su lugar de trabajo, enorme antena incluida, a su jefe, y a la atractiva secretaria que todos decían que se tiraba.

Parecía que el polvo se despejaba, y un incendio justo a su espalda le daba a la noche una tonalidad malva de esas que le gustan. La cabeza de Plochs (el simpático empleado de mantenimiento) pareció rodar frente a sus ojos cuando una de las, ahora brillantes, figuras gigantescas se paró ante él. Era extraña, como de un metal blando, pero a la vez resistente, que absorbía casi toda la luz a su alrededor.

Trató de hacer un gesto amistoso, uno de esos gestos del tipo todo ha sido una confusión, pelillos a la mar... ¡No me mates coño!, pero se dio cuenta de que sólo podía mover uno de sus azulados tentáculos.  La figura, notando una atmósfera respirable, decidió quitarse la cabeza para, ¡Oh dioses! Descubrir una segunda cabeza más pequeña dentro de la anterior. Parecía cansado, paliducho, con la piel seca y marcas moradas bajo los ojos, como de no haber descansado en mucho tiempo. El alienígena hostil inclinó su cabeza interna hacia un lado y pareció que hablase con sus dioses. Podía oír sonidos periódicos realmente parecidos, sólo variaban en el primer grupo de palabras:

 Romeo dos, estación de alerta temprana 4D desactivada. Sin bajas, seis de esos “calamares” abatidos. Pueden comenzar el desembarco...

Finalmente, la figura se percató de que aún respiraba. Alzó uno de sus cuatro extremidades, que eclipsó el sol ante sus ojos, y por fin, como el resto de sus compañeros, su cabeza hizo honor a su nombre.  

Soy el Ama de Casa del Futuro

Soy el Ama de Casa del Futuro

Soy Homeworker 2000, el amo de casa del futuro. Trabajador, limpio, ordenado y siempre abierto al sexo para mi señora, que hace duras jornadas laborales de cinco horas en una Biblioteca universitaria jugando al solitario y bebiendo café con leche.

 

Mi Semana laboral es maravillosa: ¡61 horas fuera de casa! Más hacer las comidas, limpiar, fregar, poner lavadoras, tender la ropa y cuidar del pequeño bastardo y su síndrome de falta de atención... de hecho creo que tiene una solitaria en las tripas del tamaño de la Anaconda de la película, porque, teniendo su cuenco lleno de pienso y paté, sigue pidiendo más y más comida. Probablemente planea crecer hasta alcanzar el tamaño de un tigre y devorar mi cuerpo muy hecho... es por lo de estar algo quemado. Lunes y Viernes hago 17 horas entre los dos curros, de Martes a Jueves cinco diarias, y Viernes y Sábados el turno normal (para Apu, el de Los Simpsons) de doce horitas.

 

¿Y qué hace mi Ella mientras tanto? Lee a Terry Pratchet, ve la tele, rellena mis crucigramas de Mambrino (probablemente para obligarme a contar baldosas en el curro). Entre eso y su tocado pelirrojo estoy empezando a tener ganas de llamarle Peggy, sólo me faltaría sentarme en el sofá al llegar del curro, poner la tele, abrir una lata de cerveza y meterme una mano en el pantalón. Llamadme Al... no es culpa mía.

 

Sólo escribo esto para desahogarme, así que lo expresaré con una imagen, de ésas que valen más de mil palabras... Es la portada del próximo disco de Baby: La culpable de marujizarme y de que acabe en la Bahía de Guantánamo oyendo a Metallica a todo volumen: Trash, sol, playa, monos naranjas... ¡Parece el paraíso! Ya lo decía el protagonista de Platoon: El infierno es la imposibilidad de la razón... ¡Estoy tan cansado abuela!

Cómo combatir el aburrimiento: El Cuesco Perfecto

Cómo combatir el aburrimiento: El Cuesco Perfecto

En Jarhead, Anthony Swofford describía cómo se combatía el aburrimiento durante la Operación Escudo del Desierto... 90% masturbación + 10% celos por una novia que está a decenas de miles de kilómetros. Poco que ver con lo que nos contaba el Dr. Pizarroso en Das Bunker (trasatlánticos rebosantes de alcohol y putas). Hago turnos de noche de doce horas como segurata: Ni alcohol, ni putas, ni barcos y muy pocas ganas de que a las ocho de la mañana me llame mi coordinador de servicios cabreado porque el jefe de recurso humanos o un inspector acaba de ver una cinta de vídeo grabada la noche anterior, para decirme que me van a trasladar a cracktown por pajillero e impúdico.

No se puede fumar, ni beber, ni comer, ni dormir, ni ver la tele, ni oír la radio, ni hacer un uso indebido del teléfono o los ordenadores... vamos una putada. Ya conté hace tiempo que lo de contar baldosas parecía mala idea (sólo de pensar que tendría que invertir mi tiempo libre en evaluaciones psicológicas me da algo), pero he ideado algo... un entretenimiento sano (más sano que higiénico) que, además, mantiene en forma el organismo: La búsqueda del Santo Grial... El Cuesco Perfecto.

El Cuesco perfecto debe ser una precisa mezcla de sonido y consistencia (pero no debe pesar dentro de los pantalones una vez expulsado... eso sería embarazoso). La rítmica contracción del esfínter, aprovechando que se sale a tomar el aire para evitar la somnolencia, da la oportunidad de experimentar sobre la expulsión de gases de ésos que harían vomitar a una cabra.  Otro lugar perfecto para ensayar los disparos tienen que ver con el transporte público a primera hora de la mañana.

Cuando vas a un curro de esos de nueve a cinco (y en mi caso de nueve a dos) te tienes que encontrar con una de las peores situaciones posibles en una gran ciudad. Transporte público, hora punta, la gente va al trabajo... me siento como una sardina enlatada, hallando por fin una definición gráfica perfecta del concepto embutido, cuando algo en mi interior se revela... probablemente consecuencia de mezclar café con cigarrillos nada más despertar. Los cuatro tipos sudorosos (da igual que se hayan duchado hace veinte minutos) incluyendo el hippie de la mochila que con cada movimiento de su respiración me impide leer con comodidad un libro de Terry Pratchet, me infunden una sensación de odio sicótico que me llama a la venganza.

La parte de mi cuerpo que pierde su nombre al acabar la espada se convulsiona y... ¡Bingo! Me molesta menos cuando reconozco en el aire mi propia marca. Después, siguiendo el Golfomanual para situaciones divertidas, miro a mi alrededor con los ojos entrecerrados expresando a cualquier observador un claro ¿Quién habrá sido el bastardo que...? Generalmente funciona. Incluso, si la cantidad de gente en el vagón lo permite, me permito el lujo de moverme y cambiar de posición para lograr una mayor dispersión del gas nocivo... Alí el Químico decía que funcionaba... y a decenas de viajeros del metro se les pone la cara verde atestiguando su veracidad.

Hace unos días, de camino a la redacción, un grupo de chicas y chicos que iba a Ciudad Universitaria se lo tomó con humor. ¡Anda! ¡Alguien se ha ido despidiéndose!... esa frase era para mí, lo que un traje de guillie para un francotirador. Otro día un tipo, víctima de este ataque químico, se bajó del metro en una parada que no era la suya, y al poco de salir vomitó. Una extraña sensación recorrió mi cuerpo, es como ese sádico placer que siente un sniper tras acertarle a un oficial norcoreano en un ojo a mil quinientos metros de distancia... otra vez Jarhead: Un sólo disparo... ¡Perfecto!

El jefazo me ha invitado hoy a comer y, como en la redacción, trato de no gasear a los compañeros. Tampoco me apetece mancillar unos cuartos de baño tan cojonudos: El otro día encendí la luz del lavabo, en lugar de la del techo, y el reflejo de esa luz débil en el chorro brillante de mi meada sobrecargada de RedBull creó un arcoiris en la pared del urinario... si no es el mejor cuarto de baño del mundo, o necesito dormir más o el moderno acababa de usarlo y no había tirado de la cadena. Por lo tanto, en base a las parrafadas tántricas de Sánchez Dragó, he ideado una forma de no parecer un cerdo de granja... la llamo El Intrapedo. Si hay gente que puede eyacular hacia dentro, yo puedo reconducir mis efluvios malolientes para quedar como un rey de la higiene y los modales. ¡Gracias sean dadas a la Ley Anti-tabaco! ¡La excusa de salir a la calle a fumar me permite soltar a la atmósfera estos gases y no estallar en mitad de la redacción creando una nube expansiva de sangre y mal olor.

Espectacular concurso de mates

Espectacular concurso de mates

Lo vi una madrugada de sábado. Todo el mundo reservando fuerzas para ver jugar a Gasol unos minutos, y yo (no os contaré cómo) ignorando el concurso de triples decido romper la rutina para no dormirme... ¡Y acabé enganchado para saber cómo diablos acababa!

 

Lo cierto es que el turno de noche quema. El primer mes aguantaba de un tirón. El segundo, notaba como mis párpados empezaban a pesar a las cinco de la mañana... pero es que este tercer mes notaba que me adormecía a las dos, la primera quincena y antes de las doce la segunda. Unos decían que por la rutina y por acostumbrarme al destino (ya no estoy tan tenso... tan alerta), otros por el exceso de café (un litro cada día de servicio)... incluso llegué a notar mareos y náuseas, probablemente por tomar tanto café sin comer suficiente.

 

El hecho es que estaba delante de una tele cuando vi volar al admirable Nate Robinson y a mi favorito en la competición e injusto subcampeón (mereció ganar) Andre Iguodala. Saltar desde detrás de la canasta y no romperse las narices contra el tablero tiene tanto o más mérito que saltar, midiendo lo que yo, a un tipo de 1,70 (El Niño Spud Webb) que ni siquiera se agachó.

 

No soy muy de deportes, pero aunque un compañero de la redacción se quejaba de que no les restaran puntos por los intentos fallidos y que les diesen tantos intentos para cada mate. Yo lo he visto bien, así tratan de hacer mates espectaculares pese a fallar dos intentos. Por algo había dejado de ver los concursos de mates: Me aburrían. Siempre lo mismo.

 

Hablando de todo, que he oído el partido del All Stars en Onda Cero (en la peor retransmisión de un partido de baloncesto para mi gusto) que Pau Gasol gana el equivalente a 2000 millones de pesetas al año... no sé qué haría mi respetable lector por ese dinero, pero yo también me dejaría barba... ¡Qué coño! ¡Por esa pasta curraría de Vigilante vestido de Dragg Queen! ¡Y si alguien se ríe le reto a comparar nuestras nóminas!

 

Días después pude ver el partido del Barcelona en Londres. Sólo eché en falta una cosa, pese a que parecía un concurso de goles en propia meta: En ese césped faltaban algunos vietcongs armados con AKs y RPGs... ¡Menudo arrozal!

Ahora es cuando baja el pollo

Ahora es cuando baja el pollo Los Vigilantes a veces somos como porteras. No por limpiar la escalera, abrir la puerta y recoger el correo, eso que lo haga la madre de otro, sino porque, pese a nuestro habitual laconismo y nuestro secreto profesional, entre nosotros largamos sobre todo. Sí, hablamos por los codos. El lunes por la mañana tocaba el pollo y la gripe aviar.  
 Recordamos los buenos tiempos, diciembre de 2000: El mal de las vacas locas hizo que los ganaderos y los carniceros regalasen carne en La Puerta del Sol… incluso te preparaban un pepito de ternera y te lo regalaban.  El kilo de ternera bajó a casi 500 pelas en algunos mercados, y si te lo llevabas los carniceros te miraban como a un héroe nacional… sólo les faltaba plantarte un par de besos en las mejillas.

Personalmente creo que debería haber una crisis alimentaria de vez en cuando. El pollero bakala, un amiguete de Chus que lo tuvo currelando en su pollería, decía que es la mejor época para comprar y comer el producto afectado: Se hacen más controles, y generalmente los precios caen. Comer como un león a costa del sector afectado… ¡Y que se jodan los intermediarios!

Imaginad si somos como porteras los Vigilantes que incluso intercambiamos recetas mientras desayunamos. Uno de los compañeros dio una compleja receta para preparar pechugas de pollo (al parecer acababa de descongelar unos cuatro kilos y no había forma de que se adaptasen a la plancha)… otro que estaba al lado le dijo… si me pones eso de comer no lo quiero, nada más ver tanto condimento desconfío… pienso: Este cabrón oculta algo.

El hecho es que la gripe del polo está a las puertas. Como mucho (he oído) habrá que sacrificar a toda una generación de aves y punto. Quizá algún humano quede afectado en nuestro país, pero dado que muy poca gente convive con aves (ojo a los loros J) cualquier afectado por gripe aviar será objeto de mofa y befa por parte de sus vecinos: ¡Eh! ¡Ahí va el follagallinas!). Lo dicho, ojo a los loros, no sea que se crean en el barrio que cuando estás sólo en casa…

 

Mira mi coche...

Mira mi coche...

Es curioso lo que llega a hacer la gente cuando tiene pasta. El mes pasado hablaba con una compañera y un compañero por el Messenger. Ambos de PROSEGUR… jóvenes y tal, y mostraban orgullosos fotos de sus coches. El de ella era de su hermano, pero lo ponía como avatar, como para mostrar su poder. Él, que había empezado en Diciembre como Auxiliar de Servicios, mostraba en su blog un mogollón de fotos del coche que se acaba de comprar. Charlando de coches, un tema en el que soy prácticamente analfabeto, se me ocurrió decir que tenía que pillar de Internet la foto de un cochazo y usarla por el Messenger para presumir… una idea genial que el chico me animó a poner en práctica.

El problema es que, realmente, no tengo ni idea de coches. Hace poco quisieron hacerme una entrevista para hacer prácticas en una revista de coches. A la pregunta del entrevistador ¿Te gustan los coches? Sólo pude responder: Sé que tienen cuatro ruedas, que ayudan a ligar, y que quiero uno. Por otro lado me aterra la idea de pagar un pastón en impuestos de circulación y gasolina, en pasar la ITV… y en tirarme horas en atascos. Frente a ello, puedo oponer una pequeña afición relacionada con el mundo el motor: Los vulgarmente llamados tanques.

¡Atascos a mí! Pienso chulear de coche con una foto como la que os presento en este post: El Panzerkampf Wagen VIII Maus (de Porsche… técnicamente podría decir que tengo un Porsche color camuflaje de 1945). 188 Toneladas de desplazamiento y 13 poderosos kilómetros por hora como excusa para llegar tarde al curro. Eso sí: Los atascos dejan de ser un problema (un problema mío, para los demás...) y si alguien choca conmigo mientras conduzco que le jodan.

Los alemanes (dice mi amiga Lau…curiosamente suena fonéticamente igual que el acrónimo anglosajón LAW: Light Antitank Weapon) tienen una palabra para todo. Sí, la tienen, sin embargo a la hora de poner nombres a los vehículos blindados son terriblemente poco originales:

Durante años (incluyendo años de guerra) fueron denominando a los sucesivos modelos de cochecitos para, matar gente con el original nombre de Panzerkampfwagen (coche de combate blindado)… que luego se acortó a Panzer (blindado). Cuatro modelos llevaron idéntico nombre hasta la llegada de los modelos Pzkfw V (Panther) y VI (Tiger). Pantera y Tigre. Poco después fueron remozados (bueno… el Panther nunca llegó a serlo en serio) y nació el poco originalmente bautizado Tiger II (denominado a posteriori Koningstiger o Tigre Real). Respecto a los cazacarros (una variante del carro de combate que montaban unos cañones anticarro sobre un chasis de Panzer) las variantes de Panther y Tigre fueron denominadas Jagdpanther y Jagdtiger. Mi alemán es algo parco, pero supongo que significarán cazador de panteras y cazador de tigres respectivamente. Otros modelos de reconocimiento fueron denominados Puma (el Sd.Kfz 234/2) y Luchs, un carro ligero que acabó funcionando para lo mismo que el anterior, y cuyo nombre no puedo traducir. Un gigantesco cazacarros tuvo su bautismo de fuego en la Batalla de Kursk: El Ferdinad (otro Porsche), después rebautizado como Elephant, para romper la tradición de nombres felinos… posiblemente porque ya empezaba a cansar.  Antes de llegar al actual Leopard, cuya versión más moderna podemos ver cada 12 de octubre jodiendo el pavimento del Paseo de la Castellana, tenemos a mi preferido. La cosa más inútilmente grande jamás construida, e irónicamente bautizada como ratón. Bueno, ¿Qué asusta a un Elefante? Pues nada salvo un ratón.

Los alemanes tienen palabras para todo, pero Spielberg no vivió (por suerte para él) en la Alemania de esa época, porque si los ingenieros de Porsche de mediados de los años cuarenta hubiesen visto en el cine En Busca del Arca Perdida, se habrían inspirado en la película para bautizar a ese enorme mamotreto que me hace soñar con aplastar coches en un atasco.  ¿Cómo denominarían los alemanes a una enorme piedra que avanza tan lentamente que sólo aplastaría a los que no se hubiesen apartado de su camino en los últimos tres días? Mi alemán es muy pobre, sí, pero me suena a que sería una palabra de estas compuestas; algo como Splatschenidioten Pedrusken.  

 Sí, la gente parece loca por gastar, por endeudarse… en cuanto pillan un contrato indefinido y ¡hala! ¡A por el coche! Me pregunto cuánto pedirán en el Museo de Kubinka por el único Maus que queda…

No es que sea un vago pero...

Bueno, en realidad sí que lo soy: Tremendamente perezoso. Ni se os courra pensar que no quiero escribir, es sólo que me he despertado, he comido, me he vuelto a acostar, y ya voy de cabeza a la ducha, porque a las 7 a.m. le dije a mi compañero eso de vuelvo enseguida...

No es que no se me ocurra nada (me pasa de todo), pero cada día estoy más convencido de que Dios es malo...

Si esto pudiese ofender a alguien, podríamos reconstruir mi frase como Dios tiene un muy particular sentido del humor...

Pero sonaría muy ñoño... ¡Qué coño! ¡Dios es Vigilante de Seguridad!

(Si lo duda de un click aquí y observe la imagen)

Admiradoras Secretas

Admiradoras Secretas

Hay un momento en la vida de todo hombre en el que pese a tener pareja atrae irresistible e involuntariamente a otras mujeres. Vale soy un fantasma, pero ¿A ninguno le ha pasado nada derivado de los anteriormente publicados 4 Secretos de la Mujer?

Sí, puede que ellas digan que se nos ve más seguros y atractivos… menos desesperados por mojar (y por lo tanto menos motivados para el éxito profesional y académico) pero ¡Qué diablos! U olemos a otra mujer y eso las atrae (posiblemente para mearnos encima) o sencillamente exhalamos feromonas que hacen que floten hacia nosotros como cuando Speedy González olía un queso al otro lado de Méjico y levitaba hacia él siguiendo el aroma.

El hecho es que ellas también los tienen, tiene admiradores secretos… que saben que están emparejadas (los muy cerdos) y les importa una mierda. ¡Gracias sean dadas a mis 23 centímetros! (bueno y a Anestesia… y a mi pequeño spray de CS…) o de lo contrario tendría que montar guardia en el fuerte como otro celos más. Respecto a los admiradores secretos de Baby, conozco a varios… pero sólo me da miedo uno, y me da miedo porque necesito tres planos (hablando en plan cinematográfico) para verlo entero. ¡Es más grande que un armario empotrado con las puertas abiertas… cuando lo consulté en el Gimnasio, me dijeron que los puntos débiles de los grandullones de alrededor de dos metros y más de cien kilos son la falta de movilidad y el denominado tren inferior (piernas, rodillas, tobillos…) sonaba muy bien y ha quedado registrado en este blog (apartado de Frases Gloriosas del Barrio) como un perfecto epitafio para mi tumba.

¿Cómo sería un enfrentamiento entre las admiradoras secretas y la amada parienta? Se turnarían de una en una como en las películas de artes marciales o sería un todas contra todas, como el rebumbio, un juego de fútbol al que jugaba en el colegio (un portero que saca de espaldas al campo y juegan varios jugadores… todos contra todos). Si la cosa incluye tirones de pelos y arañazos, espero que me dejen comprar cerveza y palomitas (perdón: Roscas) y que luchen en una piscina llena de barro.

Como sé que me acabo de pasar tres pueblos (y corro el riesgo de ser capado por ello) me dedicaré ahora a poner verde a mis admiradoras secretas… al menos a tres de la facultad, más que nada para no perder de vista Las Joyas de mi Familia. Pero antes, qué mejor que una foto de Angelina Jolie con la boca manchada de chocolate para ilustrar mi exposición. Como no sabía dónde encuadrar este texto, lo he dejado como relato (porque hay fuentes de Das Bunker y otras del Barrio…) ahí van seis de mis admiradoras secretas para vuestro goce y disfrute:

-         RUBIA1: La primera concursante está buena de cojones. Estaba en mi clase desde primero y, cuando Baby la conoció vio en seguida que era una amenaza para su hegemonía sobre mis 23 centímetros. Esperaba una lucha de tigresas, pero la chica (rubia y con generoso escote) era tan cándida e inocente que no pilló el desafío del tipo te voy a destrozar perra destrozahogares, que le lanzó mi encantadora Bubú.  A esta chica (cuatro años antes de conocer a Baby) la acompañé en el metro durante casi todo el primer curso… pasamos de hablar en el metro a que me presentase a su padre… lo que me dejó claro que posiblemente no quería un combate de sexo sin normas. Lástima, se trata de una chica muy neumática. Se da un aire a la presentadora del Club Megatrix… de hecho se presentó al casting y debe ser una de las suplentes clónicas de esa tía que excita a todos los niños de este país los sábados y domingos por la mañana. Recuerdo que me solía enviar esas cadenitas de e-mails, y en uno de ellos pude ver la dirección de las juventudes del PP de su pueblo… creo que ese partido se ganaría a la juventud española (y a la tercera edad… y a todos los mecánicos de chapa y pintura si pusiera a las chicas de sus juventudes a posar desnudas en el Penthouse. 

-         MORENA1: La segunda en cuestión es morena y también de la facultad. Y parece un buen partido. No soy el primer tío con pareja la que le lanza los tejos… eso parece importarle una mierda, al igual que el número de tíos a los que capture en su telaraña. Compañera de clase hace bastante poco… para más señas esta resulta tan pepera que trabaja en La Razón… (creo que atiende el teléfono) y va vestida de secretaria a clase. A esta le mola lo militar: Su frase yo amo la Armada ¿por qué no te has alistado? Es de lo mejorcito que ha pasado por mi Messenger… aunque no dejo de valorar mi respuesta: No había uniformes de mi talla. Pija, repija, requetepija, es sin duda el braguetazo del año… pero probablemente no soportase mi voluntario descontrol sobre mis emisiones gaseosas. Qué se le va a hacer, tampoco quiero evitarlo.

-         RUBIA2: A esta la conocí en La Cátedra (otra de la Facultad), pero como llevaba más tiempo que ella debía considerarme una especie de deidad fálica o algo por el estilo. Calladita, pese a saber que estaba buena (algo poco corriente… ¿veis lo de las feromonas?). Esta chica tenía un estilo muy particular de preguntar las cosas… a todos nos ha pasado ver en clase (sobretodo lo notamos los repetidores) que hay gente que trata de aprovechar al máximo el filón del profesor que valora la participación… esa gente hace unas preguntas muy particulares… particularmente estúpidas. Yo las he bautizado como preguntas tipo El canto de los cisnes, en honor a Les Luthiers (¿Cantan los cisnes antes de morir? ¡Claro! ¡No van a cantar después!) . Lo particular de esta preciosa chica es que me hacía ese tipo de preguntas A MÍ. ¿Pero se puede saber porqué me hace la pelota? Conozco la respuesta, y (digo esto adoptando una pose algo chulesca) vosotras y vosotros también.

-         MORENA2: Toda una superclase de la Facultad, una chica de matrícula de honor… y muy guapa en su momento. Con un novio algo facha. Habría sido un placer hacer el Golfo con ella, de hecho (esta fue la estrella fulgurante de la Cátedra… sólo yo la igualo en número de asignaturas aprobadas, pero servidor oscila entre el aprobadillo y el sobresaliente con una única matrícula y ella no sacaba más que eso… matrícula tras matrícula).

Entre el pijerío de la Facultad envidiaban sus contactos (ella presumía de no saludar a ningún militar de rango inferior al de Coronel)… sin embargo ella dejó de lado lo militar y se dedicó a las RRII. Doctorado en La Sorbona (ahorraos los chistes, yo ya los he hecho todos)… volvió algo desmejorada de su año de Erasmus en Bruselas (¿Por qué creéis que lo llaman Orgasmus?). Cuando digo desmejorada digo con el culo más gordo.

Por ahí oí cómo dejó a su novio el facha (un escollo para su carrera): Resulta que el buen chaval fue a verla a Bruselas en Febrero y se la llevó el Día de los Enamorados a París… tras pagar seis euros por cada caña y no sé si veinte por subir a la Torre Effiel ella aprovechó el momento romántico para comunicarle que se había enamorado de un moro… pero que no le había hecho caso, así que se enrolló con otro moro. Eso duele, pero cuando eres un facha creo que debe doler más.

Sí, toda una superclase con un futuro brillante aguardando… pero en el último examen de su carrera (Hª de los Conflictos Armados) me propuso copiarse de mí… todavía estoy orgulloso. Y he de decir que con ella he mantenido una muy buena relación (nada sexual, pero qué se le va a hacer). 

-         RUBIA3: Esta es del barrio. Baby la odia porque le pone de los nervios, y cuando oyó que me hacía segurata expresó una especie de qué bien, por fin vas a matar a tu novia o lo que sea esa chica para ti. Ciero: Hay gente que tiene menos vida en la sesera de la que parece haber en Marte. La rubia tres es admirada por los hombres del barrio (que ven en ella una cuarentona bien conservada). Yo sin embargo veo una mujer que es como la Hierbas de Aquí no hay quien viva. Esta tía no se corta en tirar los tejos, creo que los únicos hombres que no la tragan somos un servidor y su cuñado (su cuñada parece odiarla directamente)… pero ella es feliz como si se hubiese tomado un té de monguis (preguntad por él a mi amiga Silvi… creo que vivió un par de años en Manchester). Descartada por todos los lados… ni para un apretón.

-         MORENA3: La peor enemiga de tu chica siempre es de las más cercanas. La paranoia que le entró a Baby cuando se enteró de que me miraba con ojos libidinosos… esta parece una actriz porno: Pequeñita, cuerpo cojonudo y una par de estratosféricos melones que quitan el hipo. Todo el jodido barrio está detrás de ella. Además está emparentada con la encargada de un almacén de armas en su país, lo que la convierte en un perfecto contacto para La Milicia de Oporto (con ello esta paranoia miliciana empieza a parecerse a una peli del James Bond… pero con menos muertos y más tetas grandes). La noticia llegó por una compañera de piso de ella que la odia (y el sentimiento es mutuo). Tan trapera fue la puñalada que la chivata no llegó a decirlo en español (lo habría celebrado más que un gol de la UD Las Palmas en el último minuto… eso le habría quitado hierro al asunto). Además una noche le dio por besar mis tatuajes, para indignación de Baby e inacción mía (jeje). Recuerdo una de las broncas que Baby me echó por esta amiga (Gurú andaba presente). Mi niña me hizo prometer que no haría ningún comentario acerca de los pechos de esta chica… que ni siquiera los miraría de reojo. Cuando ella llegó, un brillo sobresalía de su escotazo: Un enorme rostro de Jesucristo en plena pasión (el hijoputa tenía una corona de espinas, pero parecía sonreír rodeado de esos dos estratosféricos senos) colgaba sobre su canalillo (bueno sobre su canalote)… sólo pude decir: ¡Hola! ¡Bonito Jesucristo!