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Me Cago En Mi Vida

Llamadme Asoc... (Becario en prácticas)

Llamadme Rincewind ... ¿Quién se ha inventado que soy un webmaster? (El día de la Mujer Trabajadora)

Llamadme Rincewind ... ¿Quién se ha inventado que soy un webmaster? (El día de la Mujer Trabajadora)

Miércoles de Ceniza... de ceniza de cigarrillo y restos del día de ayer. No hay nada como cobrar las deudas contraídas: Que sableen el tabaco a un becario es un acto de comadr... no. He prometido no usar esa palabra en lo que queda de semana.

Digamos que es el Día de la Mujer Trabajadora. Es cierto, lo es. De hecho entro el la redacción y las felicito a todas en voz alta. La respuesta general fue ¿Por qué nos felicitas?, seguida en el Golforanking por Si es el día de la mujer que nos lo den libre... En un día tan señalado como el de hoy es mejor no hacer chistes... tan sólo decir que fue el día de limpieza del almacén. Mientras los esclavizados poseedores de gónadas bajábamos toneladas y toneladas de papel viejo al contenedor de reciclaje, un creativo (al fin y al cabo es de la sección de diseño gráfico y creatividad) soltó eso de ¡Menos mal que no es el día de la mujer levantadora de pesos!

En un día tan señalado como éste, una de las diseñadoras celebra su regreso oficial de Egipto... me encanta que la gente celebre cosas en la oficina: Generalmente invitan a todo el mundo a dulces, bombones o saladitos que dejan sobre mi mesa (en el centro del universo) para que quien pase vaya picando. Eso me permite acaparar comestibles para especular en tiempos de vacas flacas y montar mi pequeño mercado negro dentro de la redacción, como buena comad... (joder).

Como si de una novela de Terry Pratchett, debo haber entrado en una especie de bucle inter-dimensional de esos del Mundodisco... lo digo porque en un momento de duda me parece lucir una barba desaliñada, una túnica gastada, y un gorro de cucurucho coronado por una estrella dorada: ¡Me han confundido con alguien que sabe de informática! ¡Llamadme Rincewind! ¡No es culpa mía!

Se trata de las compañeras del departamento de publicidad, que han empezado a pedirme que remoce la web. Luego vienen y me piden un botón para publicitar a un cliente (un grupo de residencias o algo así)... debían referirse a uno de esos banners que he aprendido a colgar la semana pasada. Curioso, entre visita y visita de publicista le comento al colega que tengo al lado mi estrategia: No hay nada como soltar cinco o seis tecnicismos estratégicamente colocados a lo largo de una breve conversación, y asentir a las imaginativas propuestas de las publicistas respondiendo con un no hay problema, le pido al creativo que me diseñe uno en un pis, se lo comunico al jefe de sección y lo tienes en la “Jom” (homepage) en un abrir y cerrar de ojos...

Muerto de risa, se lo comunico al jefe por email, más que nada para que sepa la que le espera al llegar... pero las publicistas son más listas de lo que prejuicié (no me he equivocado de palabra, la he colado a drede), y otra de las visitas acaba con un A propósito, yo no me llamo Eugenia... que lo acabo de ver en tu mail. Debería haberme puesto colorado, o por lo menos mi cabeza debía haber tenido la decencia de explotar en ese momento redecorando la redacción con un tono pastel entre gris cerebro y rojo sangre... pero a mí no me seleccionaron para ir a Kosovo (un viaje que el CESEDEN nunca llegó a realizar) por mi decencia, ni por mi dominio del albanés y el serbo-croata (la verdad es que chapurreo algo de búlgaro... tengo el mismo nivel de lenguas eslavas que de Diseño Web), yo creo que mi querido Pepinho me seleccionó por mi conversación y mi cara de poker.

En fin, que me eché sobre el octograma rúnico que es Web, y mediante las pertinentes súplicas al Dios Máquina aprendidas en la escuela de tecnomagos, le mandé un último mensaje al jefe diciéndole que al llegar se encontraría un banner diseñado para colgarlo... alguien ha cometido un error ¿Quién diablos os ha dicho que yo sé lo que estoy haciendo?


 

 

Martes de Carnaval (dva)

Martes de Carnaval (dva)   Al terminar el acto tenemos un cocktail... la principal razón para asistir: Comida gratis ¡Y paga el Ministerio! (o el jefe... la verdad es que me da igual quién pague yo he venido a comer gratis). Me hace gracia el origen de la palabra cocktail, si el planeta de origen de los gatos alienígenas de Wingcommander era Kilrath (Kill+Rat), entonces lo de cóctel (lo pongo así por decoro... Cock + Tail...) Es aquí donde mi labrada experiencia en el CESEDEN y en actos vinculados a embajadas y Ministerios brilla como el Sol en pleno mes de Agosto (pero fuera de Las Palmas porque allí con la Panza de Burro no brilla nada...): Cómo comer a dos manos, a carrillos llenos, y pillar toda cerveza que pasa por mi perímetro de proximidad sin parecer un huno saqueador de ciudades es todo un arte. Hacerlo mientras mantienes una sesuda conversación con desconocidos trajeados y explicas a los compañeros que no vas a salir a fumar porque estás ocupado (en pocas palabras: ¡Calla! ¡Estoy comiendo!) lo eleva a la categoría de arte.
Los redactores de verdad tienen que ir a pillar declaraciones (y no sé para qué... quizá para pillar a los peces gordos hablando con la boca llena... ¡Hay que comer por ellos! Es lo que me decían los curas en el comedor del cole: Hay niños en el Tercer Mundo que mueren de hambre... tienes que comértelo todo (sí, no sea que vengan aquí a por mi papeo) ¿Ves para lo que sirvió mandarme a estudiar con curas, Mamá? ¡Para dejar a esa panda de estirados sin nada que llevarse a la boca! ¡Todos al Burger que aquí hemos acabado con el jamón y la empanada!
Mientras me nutría a base de bien, mi jefe directo iba haciendo contactos, presentándome gente... yo guardaba tarjetas de desconocidos con los que, al parecer ya había hablado por teléfono... esto es como el ligoteo pero con más sorpresas. ¿Te has dado a conocer? Me pregunta. En ese momento, un significado rebuscado de la expresión acude a mi mente: Lo vi en la serie Friends: Darse a conocer = Enseñar accidentalmente los testículos en público. Respondo con la boca llena. Algo he hecho.
Tan sólo quedaba la foto de grupo y recoger los bártulos. Ahí se notó que mi jefe de sección había hecho la mili... qué manera de doblar la bandera del patrocinador del acto (CEPSA)... sentí ganas de hacer como que tocaba la corneta... mi parodia del Silencio (creo que es el homenaje a los caídos) está muy lograda... algo parecido a lo que aparece en Jarhead. Como habréis visto ya en las imágenes, a la hora de la foto de grupo dejo de lado comadrejilmente a los compañeros y me cuelo entre las macizas... más que nada para tener un recuerdo entrañable del momento.
A la salida, el jefe invita a comer... más que nada porque algunas comadrejas figurantes (entre las que me incluyo) no han dejado nada para los que tenían que tomar declaraciones y a quienes se daban a conocer. Así, que me veo lleno hasta los topes camino de un restaurante cercano a la redacción mientras el jefe de mi sección nos cuenta su mili. La excusa fue que le pidiese un día para hacer el examen de habilitación para Vigilante de Seguridad... el título de su disertación: Típica paranoia del control de accesos en una Prisión Militar.
Durante el almuerzo (algunos nos limitamos a una caña) me sablean el tabaco, y alguien hace un chiste Golfo, tú entre polvo y polvo fumas cartones... respondo con una improvisada ráfaga de comentarios en los que debí intercalar la palabra comadreja unas seiscientas veces... tanto fue así que uno de los compañeros me preguntó si ese noble animal era mi mascota preferida y amenazó con aplicarme un latiguillo(es decir, apuntar mi nombre en una lista pública y añadir una X cada vez que me oyese decir “comadreja”... de poco sirvió dar explicaciones sobre mi admiración por Scott Adams, he prometido no usar esa palabra en un par de días). La cosa acaba ahí: A la hora de los postres aprovechamos para poner verdes a los profesionales más famosos del sector, y un servidor cuela un par de anécdotas del CESEDEN: Las historias de Generales atraen mucho la atención de los profesionales de la comunicación de masas. Eso sí: Prohibido quitarse la chaqueta. Mi camisa (planchada la noche anterior) se ha revelado contra el gesto hipócrita de fingir juventud y luce sus arrugas al abrigo del traje. ¡Tengo que comprarme una tabla de planchar antes del próximo acto!

 

 

Martes de Carnaval (eno)

Martes de Carnaval (eno) En el maravilloso mundo de la seguridad privada, al acto de cambiarse de ropa para ponerse el uniforme o para "maquearse" de calle se le denomina disfrazarse. Recuerdo que con el motivo del Martes de Carnaval, me preguntaron en la redacción de qué me había disfrazado... era evidente: de PROSEGURata. Este pasado Martes sí que ha sido de Carnaval... de traje de raya diplomática. ¡Menudo disfraz! Y de hecho menudo carnaval que hemos montado en el Ministerio de Industria con motivo de la entrega de los premios TecNet 2006.
Podría haber ido a la hora que entraba el público, ¡Podría haberme ahorrado un montón de tiempo de espera! Pero no, alguna comadreja de la empresa me dijo que había que ir primero a la redacción para (supongo que como quien no quiere la cosa) cargar algo. No sólo no me tocó cargar nada, sino que además el jefazo pagaba los taxis... hmmm la cosa pintaba bien. Era como esa secuencia de American Psycho, en la que varios ejecutivos empiezan a picarse en un despacho para ver quién tiene la mejor tarjeta de visita. Tarjetas... ninguna, pero todos bien trajeados... comparándose y tal.
¡Por Dios! ¿Era el único que tenía la impresión de estar currando en el Corte Inglés? Estaba en mi puesto de todos los días vestido de Neo, deseando que Tambor o Tanque o Bamby Bliss (o como coño se llamase mi operador) me teletransportase fuera de Matrix para sentarme delante de la tele en chandall con una lata de cerveza en la mano, cuando alguien interrumpió mi sesión de tocamiento ruidoso del teclado para fingir que trabajo para señalar que teníamos que irnos... abajo a fumar, porque había que esperar aun más.
Tras largos minutos de hablar de moda masculina como si hubiésemos secuestrado a toda la plantilla de una corporación japonesa en un rascacielos de Los Ángeles, y de mostrar orgulloso el objeto del día (mi pitillera con el emblema de la KGB... comprada en un mercadillo de Sofia), la fase dos de la OPERACIÓN TECNET se puso en marcha: Taxi al Ministerio, entrada y nuevas sorpresas. Nuevas sorpresas como el equipo de vigilantes con uniforme clavado al de PROSEGUR (deben ser legión las pequeñas empresas que han plagiado el diseño del uniforme).

¡Oh Sorpresa! Los miembros de la plantilla obligados a asistir al acto pese a no tener función alguna (vamos los figurantes) no estábamos en la lista... era el momento de las coñas a la hora de recibir el carnetito de VISITANTE. Llévelo bien visible a la altura del pecho en el lado izquierdo de la prenda más exterior... Pocos creían que fuese el tipo de la foto que hay en mi DNI (la guerra cambia a un hombre ¡Sobretodo de aspecto!), peor ese leve retraso hube de justificarlo ante compañeras y compañeros con una frase del jefe de Dilbert: Siempre hay tiempo para la seguridad.


Rondar varias horas por un Ministerio sin hacer nada puede llegar a ser tremendamente divertido: Aprovechas las excursiones de localización del cuarto de baño y la cafetería para reclutar al ordenanza de la empresa... ¡La seguridad privada es un chollo! ¡Ganas un pastón! (100 euros de gratificación por reclutar amiguetes son 100 euritos en el fondo). Me quedo de piedra me cuenta su vida laboral: Había intentado meterse en PROSEGUR... le habían tirado en la prueba que te hacen al principio... la de los ordenadores (es decir que no había pasado el psicotécnico y la evaluación psicológica). Después, logro un acuerdo (previo saludo secreto de la hermandad) para poder salir a fumar a la puerta de la instalación sin tener que pasar de nuevo por todo el protocolo del control de accesos.

Empezamos a babear con las azafatas contratadas para el acto, bellas féminas con el discurso bien aprendido (por la paz mundial... por la alfabetiación... ¿que le diga tres planetas? ¡La Luna, el Cometa Halley y el Voyager2!...) cuando nos avisan de que tenemos que entrar al salón de actos. Protesto porque dentro no hay azafatas, pero me calman diciéndome que mandarán a un par de ellas dentro en unos minutos (vamos que me dicen que cierre el pico y me siente). A lo tonto, mientras la sala se llena, comienza una conversación freak sobre cómo hacer que la sala parezca llena con cuatro o cinco figurantes... y sobre la forma que tiene la escultura que se da como premio TecNet, algo caprichoso, entre una imagen de las Torres Gemelas ardiendo y el candelabro que usó el ama de llaves del Cluedo para descalabrar a la señora de la casa.


La ceremonia pasa sin más, el director de elmundo.es aprovecha para pedir un IVA reducido para las conexiones a internet, y el Secretario de Estado hace como que lo apunta, para luego presumir de haber llevado la red a 1700000 hogares. Todo muy bonito, cuando me percato de que una de las personas que entregan los premios me suena. ¡Pili! ¡Mi querida Pilar “encerronas comadrejiles” Socorro!, a la que le caen mal los canarios que no hablan con acento hasta que ella tiene que comunicarse en godo... todas y todos en la sala visten colores sobrios, como negro y azul oscuro, y ella nos deslumbra con un conjuntito de chaqueta y pantalón color rojo quiero f..... cómo ha engordado mi querida Pili. Esta se la tengo que contar a su, también amigo, Al (mi carissimo editore).

 

Allí estaba yo otro lunes por la mañana

Allí estaba yo otro lunes por la mañana Allí estaba yo, es decir: Golfo. Con mis siete drugas y drugos de “redacción” y de “creatividad + diseño”, pimplando moloko velocet y preparados para una mañana de ultraviolencia...

 

No. En realidad sólo era lunes. Otro lunes por la mañana, para muchos de malestar por lo poco que dura el fin de semana, para mí otra prolongación del mismo... y no me refiero a salir de marcha.

Allí andaba yo otro lunes por la mañana de empalmada. Se notaba en pequeños detalles, como que todos bebían café, té o chocolate... y yo bebidas energéticas (absolutamente legales)... y en que era el único que luchaba para no desplomarse sobre el teclado del jovencísimo Web en mitad de un charco de babas. Creo que empiezo a notar algo de cansancio acumulado. Sobretodo cuando me quedo quieto.

Descubro cosas divertidas: Cuando el encargado de redactar el horóscopo pasa por una de esas crisis de pareja, su mala leche aumenta. Tanto es así, que va repasando su lista negra de nombres (y signos del zodíaco) para escribir pronósticos negativos mientras unos bultos de estrés psicosomático aparecen en su cogote. Muy Simpson... real como la vida misma. Al par de horas de bostezos me llama Mauricio, porque al fotocopiar un cuadrante de horarios me lo he llevado sin querer. También descubro que, por razones desconocidas, los informáticos (¡Ni un día sin ponerlos verdes!) van al baño con su agenda (¿?)...

Un amiguete diseñador aparece a las tantas. Le llaman y resulta que se ha dormido. Me planteo preguntarle si ha mojado o, de no ser así, cuántos puntos de habilidad ha ganado: Así es el destino, los freaks nos juntamos como por arte de magia. Cuando llega, nuestras caras de lunes por la mañana (excepto la mía, que es de viernes+ sábado+ domingo+lunes por la mañana) contrasta con la suya de LUNES POR LA TARDE... en horario británico ya es por la tarde cuado llega, lo que da pie al agudo chiste. Finalmente, decido hacer como que trabajo, y más allá de poner cara de interés mirando la pantalla y tocar las teclas como si escribiese, decido aplicar la táctica del plagio comadreja (intertextualización comadreja para los profesionales) y redactar nueve noticias que mi jefe directo modificará a su antojo.

Como las noticias buenas vienen de tres en tres, me entero de que tenemos chica nueva en la oficina. Resulta que la llevaban por toda la instalación presentándole gente y, al llegar a mi puesto, la frase este es Golfo, debió quedar en algo parecido a Ese zombi devorador de cerebros que hace como que teclea algo con cara de estar trabajando (y cuyas babas salpican los equipos electrónicos) se encarga de la Página Web, el Boletín electrónico y la Agencia de Noticias. No fue así, pero habría quedado gracioso.

Cuando ella me preguntó algo sobre unas fotos que se veían mal (en realidad supongo que no se verían pero trataba de ser educada) actué de modo profesional por primera vez en mucho tiempo: Le dije que volviese por la tarde, que mi jefe estaría encantado de tragarse ese marrón. En seguida noté cómo me crecían la barriga y una coleta, unas gafas aparecían ante mis ojos y una camiseta de Star Wars sustituía a mi funcional atuendo de becario que trata de parecer profesional. Un horrible pensamiento llena mi mente ¿No me estaré convirtiendo en informático?

De la conversación con Lunes por la tarde, saqué algo en claro: El próximo lunes me traigo una almohada de esas del IKEA para dormir de pie (esas que van sobre los hombros) y unas gafas de las que tienen ojos abiertos pintados en los cristales.

N.B. Me estoy forjando una desproporcionada fama de freak entre el personal de la redacción. De ahí la imagen: Mis soldaditos de la Guardia Republicana Iraquí, con una imagen de Sadam en el cartón luciendo un pañuelo palestino y un mapa de Iraq con las centrales nucleares marcadas (¿?). Para más señas los pillé en una tienda de chinos de barrio.

Quiero ser informático

Quiero ser informático

Hoy en día todo el mundo es informático... todo el mundo menos yo. Hoy, 4 de Marzo de 2006, (un día después de la Fiesta Nacional de Bulgaria para más señas) he instalado contadores de visitas en mis blogs de Blogia, más que nada porque mi Director General de Estimulación del Ego y ex-editor, el Primo, dice que cada vez que mete en el Google los títulos de diversas publicaciones de ACADAP, le que aparece es este santo lugar. El hecho es que, casi un año después de su inauguración, este pozo de mi desahogo tiene su propio contador de visitas, y no uno de esos de coña que no paran de contar, sino uno de verdad... vamos uno gratuito.

Los informáticos de mi Jubicurro viven como quieren... sobretodo cuando te cuentan eso de No te lo pierdas, no sé nada de Nivel Usuario, sólo Ofimática y cosas en plan técnico... yo estudié derecho y ahora me ocupo de las cuentas. ¡Joder! ¡Y esta gente es imprescindible! Más que nada porque a todos nos piden cierto nivel de informática, cierto nivel que no adquirimos a lo largo de nuestra formación. Yo tengo excusa, estudié en un bunker antinuclear llamado Facultad de Ciencias de la Información de la UCM, pero aquí hay gente (mucha) de universidades privadas... deberían poner una denuncia por estafa, como la que planteé ponerle yo a la UCM tras meses y meses de no encontrar curro.

Además, estos hechiceros, tecnomagos del Dios-Máquina (y me refiero a los PCs y Machintosh -y espero que lo del Mac se escriba así- ... jamás a mi vecino del barrio que currela para EULEN) pueden disfrutar de cierta inmunidad respecto a los detectores “Acososexualómetros”... joder, que mientras que arreglaban mi puesto, pasó varias veces culoestupendo y eran todo guiños y señales pastoriles. Mi antena del “Seguratasiemprealertacuandosetratadetiasbuenómetro” captó la siguiente conversación, que fue plenamente analizada por el programa Carnivore de la NSA:

-         ¿Y esa?

-         Mi esclava

-         ¿Sensuarrl?

-         Jejeje


Hay algo más allá de la erótica del poder, ¡La Erótica del conocimiento necesario para que tu ordenador funcione! ¿Por qué creíais que quiero ser informático? ¿Para dominar el XTML?

¡Dadme un respiro! ¡Sólo soy un segurata!

¡Dadme un respiro! ¡Sólo soy un segurata!

Menuda semanita: Primero la reorganización, luego los banners, y finalmente he perdido dos días de trabajo a lo redactor, aunque más se perdió en la guerra, con la jubilación del cabezón, y (¡AAAAARRGGHHH!) El envío, mediante técnicas medievales, del boletín a los más de doscientos subscriptores. Sólo faltaría que toda la mágica pro actividad que me rodea fuese fingida, que algo oliese a podrido en Dinamarca, como en toda empresa postindustrial, y esto fuese un nido de víboras en el que los jefes, visto mi estúpido corte de pelo corporativo y mi (mpffffjjejejeje) impresionante tipo corporal me encargasen ser su informador secreto de las actividades y declaraciones de los demás. Gracias a Dios y al Cuerpo de Marines eso no es así: Se trata de una joven y dinámica empresa en al que se respira alegría y amor al prójimo... además, me he dejado en casa el uniforme de Comisario del Pueblo número 144330092... o eso o que todo el mundo me cuente sus problemas personales.


Mi nuevo ordenador se llama Web, un nombre menos cariñoso que cabezón, pero más sobrio y funcional. Parece uno de esos antiguos vídeos VHS, al parecer porque es el modelo que el suministrador da a los clientes que quieren el ordenador debajo de la tele para que parezca un DVD. Tiene un gigantesco monitor TFT que he decorado con la foto de Verdi Hipnotizador (que podéis encontrar en este blog), y de la que la monumental becaria gallega de por la tarde ha dicho algo así como O gato moninho... o algo de eso. Eso sí, echaré de menos al cabezón: Una ola de desazón me invadió al pensar que me había quedado sin excusa para no dar ni palo al agua... ¡Ahora el ordenador funciona! ¡Y va como un tiro! ¡MIERDAAAA!


También he llevado a cabo mi primera metedura de para... en realidad no ha sido tal: Una compañera deja la empresa y han pensado organizarle la cena en una residencia militar con restaurante... 38 € por buffet y barra libre... la cosa acabó en otra residencia-restaurante para militares por unos 15. Eso sí: Plato de cocido y una cerveza por barba. El caso es que al menda lerenda no le han invitado, y cuando dije en voz alta eso de será que no me han invitado, un compañero (algo freak... los freakis nos olemos a kilómetros...) me dijo que me bajase a fumar... ¡Cómo sueltas delante de una de las hijas del jefazo “¡Qué cabrones! ¡No me han invitado!”?... jamás dije qué cabrones, pero hay que tener en cuenta que el día que el moderno dijo que había estado ocho horas de compras con su amigo, desde la sección online y la de diseño se oyó ocho horas de cópula. Vamos, que sordos, pero bien intencionados.


A LO TONTO, me estoy haciendo con las contraseñas de administrador de cada uno de los servicios informáticos... me da por apuntarlas, no sé... y en una de las largas esperas para que instalasen el nuevo bicho, bajé a fumar una vez más. Estaban tres chicas: La maja, culo estupendo, y una señora muy pro activa... no sé de qué hablarían antes, pero enmudecieron en cuanto llegué (¿A que va a creer todo el mundo que soy un malvado espía?). Sólo dieron señales de vida (y de sentido del humor) cuando pregunté ¿Es por mí o siempre fumáis en silencio? Al subir, culo estupendo me dedicó una de esas sonrisas que mi mente enferma etiqueta como más allá de la proactividad... si pudiese hacer realidad mis fantasías Nacho y Rocco parecerían, a mi lado, inquebrantables cumplidores del voto de castidad. Al final, subo, y en lo que terminan me fijo que en Redacción se parten de risa con una carta, más bien un manifiesto, que contenían tantas palabras prohibidas en un medio dirigido a ciudadanos senior, que su autor parecía estar jugando a Tabú®.


Esta mañana, me han acabado de instalar el sistema y de configurar el correo... curioso que el Jefazo diese una orden de máxima prioridad: El boletín debe estar enviado a las 10... ¡bieeeeeen!, sólo hay que cambiar varios titulares, añadir un par de noticias... y que esos señores imprescindibles y con gafas acaben con el volcado de datos del cabezón al pequeño Web... me partía de risa cuando pude empezar a enviar el susodicho boletín sobre las 10:20...para cuando terminé a las 11:25 no tenía puta gracia. ¿No se puede crear un grupo en la agenda de contactos del Outlook que se llame Subscriptores del boletín? Sí, se podría, pero EN ESTE PUTO PLANETA NADIE SABE NADA ACERCA DEL OUTLOOK DE LOS COJONES, así que he de coger TODAS las direcciones de la Gran Base de Datos y copiarlos la simpática ranura del destinatario del mensaje de correo... eso sí: En cómodos grupos de diez: Nadie quiere que el servidor empice a arder... (¿Nadie?). Mientras me ayudaba a cerrarlo, una de las jefas me comentaba su deseo insatisfecho de aprender HTML... no tenía tiempo... ¡Claro! Contesté ¡Me pasa lo mismo con mi curso de búlgaro!


Entonces, alguien del departamento comercial llegó a la sala de redacción para advertir que el uso de programas como el eMule o el Kazaa, está prohibido, y que el correo es sólo para uso laboral... una vocecilla había soltado la frase “De lo que se entera una leyendo el correo” hacía unos minutos, así que pensé que alguien había sido lo suficientemente estúpido como para usar el Outlook (conectado a los servidores de la empresa) para fines personales...

Poco después, oí (a todo esto me mordía la lengua enviando una y otra vez mensajes de correo con el boletín adjunto) a la redacción en peso hablar de temas como las relaciones de pareja, la música comercial de los años 80, las películas de los Hombres G... y no pude contenerme ante la frase sentenciante de Joe Modernillo: Un hombre no puede hacer las cosas como una mujer, por ejemplo una comida hecha por una mujer no es como una hecha por un hombre... Pensé en voz alta (¡Maldita lengua!) ¡Claro tío! ¡Un hombre te pincha con la barba!. Avergonzado por mi vil intromisión en un tema tan poco viril, fui a pillar un chocolate de la máquina, pero me equivoqué de botón y me pedí un capuccino... quizá fue mi modo de ofrecerlo, pero creo que nadie quería tomarse un café con babas... debe ser el palizón de mandar doscientos correos iguales en una hora... ¿No tenemos ningún programa generador de SPAM o qué?. Finalmente, viene de nuevo el informático, y habla conmigo de temas laborales mientras vuelca más y más información del cabezón en Web: No te lo pierdas, yo estudié derecho... y aquí me ocupo de las cuentas... curioso, el que trajo a Web me contó que tenía dicho en casa, si preguntaban, que dijesen que él era Auxiliar de clínica... más que nada porque si dices que eres informático te pasas el día arreglando ordenadores de amigos y vecinos, y amigos de vecinos y vecinos de amigos... ¡Gratis!. Me recordó a lo que nos dijeron en Das Bunker el primer año:

“Decidle a vuestras parejas que les cuenten a sus madres que sois pianistas en un burdel... cualquier cosa menos decir que sois periodistas”

Gracias a Dios y al Cuerpo de Marines, ahora me dirigiré a mi curro no vocacional de los fines de semana, donde los únicos problemas son los intentos de intrusión, los conatos de incendio y el riesgo de muerte violenta... ¡Me va a parecer el paraíso!

 

 

¡ME CAGO EN LOS BANNERS!

¡ME CAGO EN LOS BANNERS!

Si entráis en la página de Jubilo.es, podréis ver dos banners, uno grande en la parte de arriba, y otro más pequeñajo abajo a la izquierda. Bien, son mis dos primeros banners, los dos primeros que cuelgo en mi vida. No es para tanto ¿Eh?, si supiéseis que son los primeros que he colgado en mi vida, y que hasta hoy a las 9:30 no tenía ni idea de cómo coño se colgaba un banner, me estaríais pidiendo perdón en búlgaro y de rodillas. Sí, al poco de llegar viene una chica del Departamento de Publicidad y me dice que es muy urgente que cuelgue esos dos banners.

¡Bieeeeeen! ¡Viva la dereeeeeecha! (y digo la derecha por decir algo) resulta que como estoy en el departamento online, es decir sitio web y boletín electrónico, soy el encargado de poner eso... más que nada porque mi jefecillo (quien se supone que sabe) no está... y no está por haberse escaqueado, sino que no está porque curra en Libertaddigital.com.

Tras un par de horas de aprendizaje, conseguir y seguir las instrucciones a distancia del jefecillo, y luego ir probando opciones de una en una, vuestro querido Golfo, se sube a la mesa de su escritorio, y empieza a bailar como un lemur magalache al grito de ¡Yo quiero marcha-marcha!  ... tras llamar a tres amiguetes con nulo resultado lo logré por mí mismo.

En realidad, llamar a tres amigotes que controlan de informática, me ha servido para evaluar el índice de comadrejía de los informáticos. ¡Los informáticos forman una sociedad secreta y sectaria cuya principal característica es no revelar conocimientos a los profanos... más que nada porque de hacerlo no serían necesarios, y el mundo tendría un montón de gordinflones con gafas y coleta en paro, que no podrían dejar de atender dudas por estar comiendo chocolatinas y viendo porno en la red. Si un informático te dice cómo se hace algo, probablemente se encuentre a la puerta de su casa a un chino hercúleo dispuesto a matarle en singular combate de kung-fu (algo parecido a lo que dicen los guionistas de Dragón que le ocurrió a Bruce Lee). El hecho es que serán ahora los banners de ese banco los que sustituyan a la ballena blanca, la araña gigante, el ascensor inteligente y la horda de gordas casaderas en mis pesadillas.

Después he contactado con alguien del Instituto de Biomecánica de Valencia, con una mujer, y como que en caso de Inforesidencias, la doña me ha dado su mail personal... digo yo que mi voz transmite algún mensaje subliminal relacionado con la imagen de 23 vulbosos centímetros llenos de venas palpitantes, porque no me lo explico.

Para redondear el día, hubo una reunión de todo el personal por no sé qué entrega de premios en vete a saber qué ministerio... vamos que tengo que ir como público, a hacer bulto y a aplaudir al jefazo. Voy a preguntar si os podéis venir todos porque todos los blogs organizan quedadas menos éste.  Tan sólo destacar una metedura de pata de mi compañera y diseñadora vocecilla encantadora:

-         Con Maripuri queréis decir la pija del edificio que...?


-         No, Maripuri es nuestra becaria del Departamento de Comunicación, que llega de viaje el Jueves...

(Gracias a Dios la Vocecilla Encantadora  no se refirió a la hija del jefazo, que también trabaja allí)

En fin, que me voy a hacer la compra y a dormir un poco... que tengo pendientes un certificado médico y puede que algo de trabajo desde mi casa.

NOTA: (me acaba de interrumpir un comercial confienzudo de Jazztel... argentino creo...) Durante la reunión, además de alguna mirada disimuladamente lasciva de culo estupendo, he notado que nunca usa vaqueros, supongo que para preservar la salud cardiorespiratoria de los varones de la oficina. Si me preguntan qué regalarle por su cumpleaños propondré unos Levi´s o algo parecido...

Un día del todo infructuoso

Un día del todo infructuoso

El día de después de un cierre resulta del todo infructuoso: Todo el mundo está organizando cosas. Y es que el curro de periodista es así: Se supone que entras a las nueve, pero como puedes pasar una o dos horas organizando tu trabajo, si llegas tarde no pasa nada. Debería ir probando a llegar cada vez más tarde pero me entraría el complejo de becario invisible si nadie dijese nada. Además, Murphy acecha, y puede que el jefe decida pasarse por mi puesto para algo.

 

Sí, tras mis doce horas de PROSEservicio me he aburrido tanto que incluso le he dado la URL de este blog a un compañero de Diseño a cambio de que me enseñase un vídeo de coña sobre la técnica del mono borracho (un vídeo corto de un chino haciéndose pupa con su propio nunchaku). Eso sí, le hecho jurar sobre la integridad de su entrepierna que no se lo diría a nadie... no por timidez, sino porque el personal empezaría a sobreactuar a sabiendas de que sus actos más gloriosos saldrían en este blog... la redacción entonces sería como una emisión de Gran Hermano: Más falsa que una moneda de cuatro euros.

 

Eso sí el Jueves jubilarán al cabezón, y éste parece no habérselo tomado bien. Nunca superó que le instalasen el software de la impresora. Imaginad que el moderno, hablando con una compañera del Departamento de Comunicación, soltó una frase gloriosa. Andaba ella echada sobre la mesa de redacción, en plena conversación y alabando los Macintosh de los redactores, (en realidad adoptando una pose dirigida a mí que decía Culo Estupendo no es para tanto) cuando el moderno dijo: Lo bueno de ser periodista es que trabajas con ordenadores guays... en ese momento se me escapó a pleno pulmón un ¡GRACIAS! Que recorrió toda la instalación. Echaré de menos al cabezón... ahora tendré que buscar otra excusa para no trabajar... ¿Quizá fingir un infarto como en el Burger?

NOTA: No conseguía decidirme por la imagen idónea. Decidid vosotros mismos.