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Me Cago En Mi Vida

UNA "Senior" DESAPARECIDA

UNA "Senior" DESAPARECIDA

Un puente no siempre significa buenas noticias, sobretodo cuando trabajas los fines de semanas y los festivo... ¡Máxime con lo que tenemos aquí! Pero en ocasiones los problemas se eliminan a sí mismos sin querer... atentos a la jugada:

 

Me tocó trabajar del día 11 al 13, más el puente (14 y 15) y luego el fin de semana (18 al 20). Eso significa (vistos los precedentes de otros puentes) que mi queridísima dama senior (perdón... quise decir jodida vieja) tendría cerrados durante ocho de los siguientes diez días todos los lugares que suele frecuentar: Bares y restaurantes para consultar listas de precios y quejarse a posteriori, supermercados y... y nada más, porque a parte de caminar entre los cuatro bancos de la acera aledaña y sentarse en ellos no hace otra cosa. Bueno, eso y alimentar a las hordas de ratas que habitan en su casa y en el patio interior.

 

Ya el primer fin de semana lo vimos caer con un par de visitas de su médico (tengo vagos recuerdos del Dr. Mondongo) y ya nos preparábamos para lo peor. Mantuve una ligera conversación con el tipo de Teleasistencia Municipal, y me habló de la carga de soledad, del deterioro cognitivo... joder, parecía que volviese a estar elaborando el boletín de Júbilo. Le advertí que ella era muy dada a avisar a los servicios de emergencia cuando se aburría, y me dijo que eso ya se lo pasaban a su médico de cabecera. Entonces le comenté que también solía pasar por allí, pero mi lucha interior contra esa vocecilla que nos dicta el buen camino y mi pésima memoria me jugaron una mala pasada:

 -         Sí, es un hombre negro, distinguido, el doctor...

-         No digas Mondongo[1]

-         ...Lo tengo en la punta de la lengua, empieza por “eme”...

-         ¡No digas Mondongo! ¡No digas Mondongo!

-          ... doctor Ma... Mo... es un apellido como africano...

-         ¡Golfo! ¡Por tu padre! ¡No se te ocurra decir MON-DON-GO!

-         ¡Mengele! ¡El doctor Mengele!

-         Genial, maldito babuino, has pasado de ponerle un nombre despectivamente africano a ponerle el nombre de un nazi. 

Bueno, pasó un día, y el buen doctor había recibido ya cuatro llamadas de la encantadora señora. Llegó de visita, e incluso se ofreció (vista la dieta que seguía la señora) a pagar de su bolsillo tres comidas al día para ella en un bar cercano. Mauricio, visto lo visto, informó al galeno de que la señora utilizaba a las chicas de los servicios sociales para hacer la compra, evitando con ello el aseo y promoviendo la cría, engorde y reproducción de grandes moscas en la instalación[2].

Las frases del doctor lo decían todo: Me llama cuatro veces al día, a veces estoy en un quirófano... ¡O follando coño!...

También le contó el Mauri que la señora era muy dada a las ofertas de las distintas sucursales bancarias (eso de ingrese 3000€ en una cuenta y le regalamos una batería de cocina), lo que empujaba a sospechar que la señora tenía una considerable cuenta corriente en algún banco o una suma mareante bajo el colchón... pese a vivir como vivía. Por lo tanto, el doctor decidió tomarse unas vacaciones...

 

Al día siguiente vino una ambulancia a recoger a la vieja lo que, al menos, nos daría las típicas cinco horas de descanso (léase periodo de observación en urgencias tras el que la dama senior volvía al edificio quejándose de que no le habían dado de comer... según Mauricio esta mujer ha interpretado que el hospital es un restaurante y las ambulancias taxis). No regresó en toda la noche... volví al día siguiente y nada... que no aparecía. ¡Menuda eficiencia la del Menge...! joder, a lo mejor la vieja, la que creía que era la portera, ahora está dentro de una caja de cartón convertida en galletas verdes...

 

Salí de dudas el último día de mi mega-turno. Se abre la GRAN PUERTA y entra un jubilado. Se pone muy chulo (probablemente al comprobar que no soy Mauricio), e incluso me dice su nombre, no antes de indicarme que no sabía con quién estaba hablando, pero seguido de un no quiero que apunte usted nada ahí[3]. Resultó ser el hermano de la señora, que venía a recoger el correo y a ver cómo estaba la casa. Luego me dio algo de cháchara sobre lo que fue para él ser portero de ese edificio en tiempos del Tiranosaurio, y que ella estaba ingresada en el hospital desde hacía una semana (cosas del médico... supongo que conoce gente). La razón del cambio de actitud de este tipo fue que en lugar de mandarle a tomar por donde cargan los camiones, decidí mostrar mi lado más humano e interesarme por la anciana. Supongo que PROSEGUR, además de un manual, nos expone a mensajes subliminales sobre las relaciones humanas y tal, porque a posteriori no lo comprendo.

 En fin, que todo tranquilo los últimos diez días... me pregunto cuánto durará. Y sobretodo me pregunto ¿Por qué demonios no se hizo esto antes?


[1] NOTA: El doctor no se llama Mondongo, su Apellido es otro, y como leerá más adelante resulta un auténtico santo varón.

[2] No es coña, incluso resistían el insecticida. Llegué a utilizar la defensa reglamentaria para tratar de derribarlas... y visto el destrozo pasé a amagar golpes con la misma para comprobar si las moscas conocían el miedo. Después se me ocurrió solicitar a la empresa una batería antiaérea para mi mayor seguridad... con moscas tan grandes nunca se sabe. 

[3] Claro, como para decirle eso al Mauri... existiría un 100% de posibilidades de ser mandado a tomar por el culo...

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