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Me Cago En Mi Vida

SKELETORS: DEFENSA PERSONAL (I)

SKELETORS: DEFENSA PERSONAL (I) Si la prueba de tiro fue traumática, mayor (y más craneoencefálico) fue el que me causó la lección de defensa personal policial aplicada a la protección de personas. Tremendo. Imaginad que en una pelea no podéis esquivar los golpes... principalmente porque la persona que está a vuestra espalda no debe llegar a su destino con la cara hecha un mapa. Todo ello con una Star inutilizada y descargada colgando del cinturón.

La primera sesión fue fundamentalmente física. Muchísimo ejercicio. Algunas técnicas del tipo ¡Ouch! ¡Qué daño! Y básicamente la clave sobre cómo matar a un agresor utilizando el pulgar. Todo aderezado con la personalidad arrolladora de mi querido Señor P. Aun especulo si la P significa Punisher, Puño o algo parecido. Aun, tres meses después de ese curso, resuenan en mis oídos frases como

Chavá, eso de demmontá una pittola tirando del armazón hacia tí no lo hace ni en un millón de añoh...

Juro que algún día veré cómo otro lo hace. ¡En vivo! ¡No en la tele! Sólo que, probablemente quien le apunte seré yo.

Mi primer compañero de jarana fue un punk que trabajaba casi 20 horas al día. Un animal laboral que no tenía tiempo ni de ducharse. Se le olía venir. Traumatizado por su experiencia en operaciones especiales en Bosnia, aun oía los tiros y los bombazos a su alrededor. Para mejorar la situación, yo llevaba puesta una camiseta con la bandera de Bulgaria. ¿Por qué especificar que los búlgaros jamás le dispararon cuando andaba vestido de Rambo por Mostar si sencillamente puede confundirse y tomarla conmigo?

Este Wardog se movía más que un garbanzo en la boca de un viejo desdentado. Quizá no lo hiciera perfecto. Probablemente no lo hiciera ni bien. Pero moverse, el cabrón se movía. Demasiado. Toda una apología del gas nervioso el tipo. Como para un anuncio de BZ.

Lo pasé fatal. Las técnicas apenas salían porque el tipo no se dejaba. Había que pegarle de verdad para que se estuviera quieto. Venía pertrechado con una sudadera skatalítica (de esas negras con cuadritos blancos en una franja) lo que me dio una idea para ganar su colaboración.

Colega, olvida la jungla. Los Charlis ya han perdido. Imagínate que estamos en la Excalibur (una disco de heavys en Vallecas) y que soy un "pelao" de los malos.

El chico me preguntó si me refería a los del pollo o a los otros... le dejé elegir sus preferidos.

Lo peor vino al final. A la hora de la relajación, cada compañero debía dar un masaje a su pareja... evidentemente al señor instructor le tocó LA ÚNICA MUJER DEL GRUPO. Y a mí el punk me juró poco menos que pleitesía... al fin y al cabo hacía días que no tomaba una ducha.

Tremendo elemento. No hay nada como darte de palos con alguien para hacerte su amigo para siempre. ¡Incluso le defendía de los chistes del resto de compañeros! ¡Eh Punk! ¿Qué llevas en los calcetines? ¿Un muerto?

Fue el momento de soltar una gloriosa frase del tipo controlo un huevo de filosofía oriental:

"¿Y tú? ¿Sabes por qué nunca debes reírte de la moto de un gitano?

¡PORQUE PODRÍA SER LA TUYA!"

(Y los calcetines apestosos también podrían ser los tuyos)

Gloria al Punk y a la paciencia del Güelo, mi siguiente compañero en la sesión de Kung-Fu.

4 comentarios

Golfo -

Sí, estábamos tan calentitos y sudorosos que...

¡Calla malpensado! ¡Deja de homosexualizarlo todo! ¡Que pareces Midas La Reinona del Oro!

Hernandeath -

Yo tengo la duda de si los malos eran los del pollo o los otros...

Y sí, glorioso "compañerismo" el que se genera con el roce hormonal de dos varones

Golfo -

Un gran amigo y excelente compañero. Aunque algo colgado.

Se lo daré cuando le vea y le diré que es de tu parte.

Kanif -

¡Adorables punks, vestigio del pasado!
Si no los defendemos nosotros, ¿quién lo hará?
Dale un cachetito de mi parte.