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Me Cago En Mi Vida

LECCIONES DE TIRO (I)

LECCIONES DE TIRO (I)  

 

Todavía me estaba recuperando de la paliza del primer día: Que si aspectos legales, que si esto no es un juego, que si el señor instructor no creía en la seguridad... (y no en la seguridad privada ¡Éste no creía ni en la pública!) Entonces amaneció el segundo día, y por la mañana temprano, volví a ver una cara familiar...

¡¡¡PUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUMM!!!

Sí, era él. Pero ahora no nos trataba como si fuésemos unos pipiolos que ven un arma por primera vez, algo que habría necesitado, porque hacía dos años que no cogía ningún hierro.

"¡Yo formo a profesionale...!"

-"Él arma se recepciona asín, y el arma se monta y se dem-monta asín... ¡Y etto é sólo  pa´cuando viene er tigre, mientra el león ettá allá, en África, er arma va en la cintura... ¡Y no se mueve d´ahí!" Efectivamente, fui a un curso de supermachotes, y acabé viendo una peli de Tarzán. Porque este hombre, este viejo conocido tiene una frase para cada momento, para cada lugar...

- "¡La arma é zólo pa cuando vamo a los toros, y el morlaco se´scapa!"

Sí, gloriosa idea la de llevarse el fusco a los toros... Me pregunto si me dejarían colarlo en misa (porque si acompañas a un católico tienes que tragar misa entera todos los domingos y fiestas de guardar)... sería una maravillosa manera de indicar al señor cura que abrevie con el sermoncito de los cojones.

- "Y zi le dai a étte botón, cuando sápriete er disparadó (creo que se refería a lo que los profanos denominamos gatillo) er arma hará: ¡CLICK! ¡CLICK! ¡CLICK! ¡CLICK!

Porque una cosa está clara, amigo, un arma es obscenamente ruidosa incluso cuando se dispara en seco, es decir, cuando no tiene nada más que aire para disparar.

 En nada, el Señor G, empezó a sacar unos pequeños maletines negros, como de plástico duro, y a abrirlos, y de ellos empezaron a salir armas. Muchas armas. ¡Armas! ¡Armas! ¡Armas! Lo siguiente fue una gozada:

  • - Etta é la Sig Saguer P228, una güena arma. ¡Er que la lleve va bien armao!
  • - Étta é la Smith and Wesson, mu güena también...
  • - Étta é catalana, la SPS (¿Eso no era una consola?) una pittola fabricá po un jolding de recorríos de tiro, una arma deportiva con muuuuuucho peligro.
  • - Étta é la Joya la´Corona, la Glock 19, mú ligera, hecha de polímero. Étta é la que en las pinículas sale como que no la detettan lo detettore de metale... ¡Mentira! ¡Pero aun asín é mu güena arma...
  • - Y étta é la güena, la superió, la crema de la crema... ¡La Whalter P99!

Alerta, cacos, secuestradores, y demás gente de mal vivir. He aquí el arma preferida de vuestro enemigo. Lo cierto es que el Señor G (¡PUUUUUUUUUUM!) acertó de pleno. Una auténtica joya, la P99. Aunque darme eso a mí, es ofrecer margaritas a los cerdos, porque era la segunda vez que tiraba.

El lugar más seguro del mundo está justo delante de mi pistola

Totalmente cierto. Tras sólo cinco horas seguidas de tiro, tras pasar una noche sin dormir por trabajar en unas actas (una chapucilla periodística que me salió por ahí y por la que nunca estaré suficientemente agradecido a un gran compañero de master), tras tratar de combatir el sueño, el miedo (a cada detonación veía en mi mente un proyectil cruzar una calle tras otra hasta darme de lleno en el coco) y el flipe de tener una pistola de ciencia ficción en las manos, me tocó coser a balazos una silueta negra situada al fondo de la cueva (he decidido llamar así a toda galería de tiro subterránea) que intuía a unos veinticinco metros (o eso me había dicho Mr.G)

El instructor no paraba de gritarme que mirara los elementos de puntería (y bien que los veía... lo que no sé es para qué coño estaban ahí) y que no mirara a la silueta (¿Y para qué coño la voy a mirar si ni la veo?) por lo que, finalmente, decidí apuntar en la misma dirección y que la pequeña, ligera, lujosa e incluso atractiva (después de cinco horas seguidas incluso una pistola me pone) escupiese plomo a destajo.

- "En mi puta vía había vitto argo zimilá... no zé a dónde mandarte, si al psicólogo o al oculista".

Pueden parecer unas palabras muy duras, pero en ese momento me importaron un huevo. Yo más bien andaba preocupado por si había gente detrás de las paredes, en algún sótano inferior o en la planta de arriba... y sobretodo andaba preocupado por su estado de salud (todos sabemos que el plomo es cancerígeno... pero cuando se trata de varios gramos juntos a cuatrocientos metros por segundo...) Sí estaba seguro de que, tras esa sesión, necesitaba terapia. Y después de la siguiente me quedó claro que...

 El lugar más seguro del mundo, estaba justo delante del cañón de mi pistola.

Metí una, pero creo que fue sin querer. Incluso creo que no fui yo, porque el compañero que estaba en la calle de al lado bizqueaba un poco.

2 comentarios

Golfo colateral -

100% real. El tipo es así. Todo un profesional del torrentismo. Ardo en deseos de sacarme la licencia de armas para poder aficionarme a los toros.
¡Terapia! ¡Lo que necesito después de esto es terapia!

Hernandeath -

Brutal!!! Me he reído a más no poder con el comentario de ánimo del instructor...