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Me Cago En Mi Vida

OPERACIÓN LETRINA

OPERACIÓN LETRINA

 

La seguridad privada no es un trabajo, es una aventura. Algo así debe decir el anuncio de “busco pringados que trabajen para nosotros” que tiene puesto mi maravillosa compañía. ¡Únete al número uno en seguridad! (en realidad son el número tres del mundo... pero eso vende menos que decir que son el número uno) ¡Vivirás experiencias que nunca imaginarías!

 

Sólo recordaros una de las quejas de un compañero:

¡Vengo de la residencia de un diplomático y ahora, al hacer la ronda, tengo que fichar en los cuartos de baño! ¡Toda la puta noche oliendo mierda... ¡Qué somos! ¿La Brigada del water?”

Cuando creas que tu humillación ya ha llegado al límite, abre los ojos: El señor cliente siempre puede inventarse algo nuevo.

OPERACIÓN LETRINA

 

No hace mucho el personal de la empresa propietaria de Las Dos Torres decidió hacer un inventario de tooooodo el material contenido en las zonas comunes. No sé si ésta será una función de conserjería o de mantenimiento. Sólo sé que lo tuvo que hacer seguridad. Tras diez años en el sector, Cara Cortada se encargó de contar las puertas y clasificarlas por tipo, función (supongo que abrirse y cerrarse) y material del que estaban hechas.

¿Sabéis qué nos tocó a los del turno de noche? ¡INVENTARIAR EL MATERIAL DE LOS CUARTOS DE BAÑO!

Sí, amigas y amigos, como buen operativo de seguridad no tuve otra que contar cuántos urinarios e inodoros había (meódromos y cagaderos a partir de la cuarta planta), cuántas escobillas y espejos, cuántos lavabos, bidés, dispensadores de gel y de toallitas. Cuántos contenedores azules para utensilios de higiene íntima femenina (a partir de la sexta planta pasaron a ser llamados "cubos azules para putas compresas). Cuántas papeleras, cuántos soportes para rollos de papel higiénico...

Y luego un instructor me dice que no cree en la seguridad privada.

¡Joder! ¡Ni en la pública!

Ojo a lo que dice la Ley de Seguridad Privada (Ley 23/1992, de 30 de julio, de Seguridad Privada) Es para morirse de risa:


1. Los vigilantes, dentro de la entidad o empresa donde presten sus servicios, se dedicarán exclusivamente a la función de seguridad propia de su cargo, no pudiendo simultanear la misma con otras misiones (artículo 12.2 de la LSP).

Me pregunto para qué coño utilizan el papel en el que escribieron esta gloriosa ley.

 

A todo esto, ni la empresa, ni los jefes de equipo ni los sindicatos han movido un dedo. Eso sí, cuando un inspector me pilló con el ordenador portátil porque estaba escribiendo mi tesina, quiso meterme un parte disciplinario (de estos de 300 euros de sueldo y cien latigazos)

Así que acabé como el protagonista de Golden Boy, rindiendo culto a la taza de WC donde miles de esforzados trabajadores dejan a diario sus deposiciones.

Y lo llaman seguridad

 

Lo mejor vino cuando me fui a quejar a la señora jefa del edificio. Me dijo (por señas) que era cosa de su jefe, el Señor Caradeperrez) y que si no lo hacíamos nosotros le iba a tocar a ella. Ante esto, preguntándome para qué coño me han enseñado a disparar, y con Caradeperrez saliendo de su despacho alertado por mi pregunta sólo pude contestar:

¡Disfruté con ello! ¡Los inodoros son mi vida! ¡La piedra angular de nuestra civilización!

¡Ochenta y siete! ¡Ochenta y siete inodoros sólo en este edificio y Ochenta y dos en el otro!

¡JAJAJAJAJAJA! ¡QUE FELIZ SOY TRABAJANDO AQUÍ!

Ya lo dice el slogan publicitario: La Seguridad Inteligente

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