La Seguridad Inteligente (Máquina estuvo en el Calderón)
En la tarde de ayer viví una de las experiencias más enervantes, y poco después más graciosas, de toda mi vida. No sólo de toda mi viuda profesional, sino de toda mi vida en general.
Cuatro de la tarde: Suena mi móvil. Es el Máquina de matar, que se está cortando el pelo en Espejos, una pelu pija (creo que parte de una cadena o franquicia... o algo). Me pide que le devuelva su manual de Krav Maga, ese arte marcial israelí que enseña todo lo que necesita un vigilante (arrebatar subfusiles y granadas asaltantes palestinos y tal...) una disciplina de combate sin armas cuya práctica hace que los golpes tengan un sonido característico, algo así como ¡Fostia! ¡Fostia!. El libro estaba ilustrado con bonitas fotos de tipos en chandall con pelo corto que se daban la del pulpo y otra de las cosas que nos encantan a los vigilantes ¡LOS CASOS REALES!
“...Una vez iba un tipo en un ascensor, le asaltó un malvado ladrón y gracias al Krav Maga el tipo (no el ladrón) logró solucionar la situación dándole una tunda de las quen hacen historia...”
(Nota este texto ha sido conscientemente adulterado por al autor de este blog, no se me había ocurrido escribir sobre tan bella disciplina de combate cuerpo a cuerpo hasta que Máquina me recordó que me había prestado el manual)
Máquina es un fantasmón, eso no tiene demasiado debate: Ahora dice que EULEN le va a pagar por enseñar Krav Maga al personal operativo... a un tipo que duró tres días en el gimnasio con Ángel Gasco. Nunca superó que le metiese una levantada de las que hizo retiumbar el suelo (retumbó cuando sus ciento veintipico kilos cayeron contra el tatami) o cuando un cinturón verde de apenas sesenta kilos le inmovilizó y él fue incapaz de levantarse. ¡Eso fue para grabarlo en vídeo! Parecía que horas, cual chestburster de Aliens, después le fuese a salir un pequeño cinturón verde a través del pecho. El sensei Ángel Gasco me contó una vez que él negaba a enseñar Krav Maga, y que la mayoría de monitores son gente que practicaba antes un arte marcial o deporte de contacto, y que enseña esa disciplina que antes practicaba, añadiéndole técnicas nuevas que no domina demasiado. En el caso del Máquina la cosa riza el rizo.
Vigilante Máquina de Matar, por alguna razón en la plantilla de una empresa tan serie como EULEN (y los piques para los comerciales y los jefazos que los vigilantes hacemos todos el mismo trabajo con distinto disfraz). Sin habilitar, sin intención de hacerlo... y orgulloso de ello. Pese a eso presume de ser jefe de equipo (¿?), es un tipo que estaba de guardia en una gasolinera por las noches, servicio en el que presumía de haberle partido la cara a un niño que había tratado de tocar su defensa.
Respecto a las defensas, éste es uno de esos que presumen a gritos de llevar una de 60 centímetros (la reglamentaria no debe pasar de 50), de llevar otra extensible, guantes anti-corte, pistola de fogueo... ¡Y de guardar otra de verdad en casa! También presume de haber sido trasladado a un servicio de patrulla por ser muy bueno en su trabajo tenía entendido que cuando un coordinador te propone un traslado haciéndote la pelota significa que el cliente ha resumido su experiencia en una frase: ¡Éste que no vuleva más o cancelo el contrato!
Pues bien: Un amigo al que acabo de meter en PROSEGUR me estaba comentando lo que le dicen en el curso de formación, y les comentaron algo sobre el presunto pique entre la empresa en la que trabaja máquina y la empresa en la que trabajo yo. Que si nos obligaban a quitarnos las chapitas con las V para pasar por los arcos detectores de metales, que si tal que si cual... y este simiesco idiota (el Máquina) decidió llevar ese pique corporativo a lo personal (no se me ocurre cómo expresar que expresó lo siguiente a grito pelado, dando puñetazos en la mesa y con la cara roja como un tomate):
A vosotros llamar listillos por slogan (una palabra demasiado sofisticado para un sistema nervioso central tan simple) de vuestra empresa “La Seguridad Inteligente”. Vosotros, tantos años de carrera en universidad para ganar menos que nosotros. Yo en par de horas ir a estadio del Atleti (no sabe ni cómo se llama) a vigilar partido.
Vosotros en Bernabeu y Camp Nou tener que estar pendientes de público, sin fumar ni hablar con compañeros, nosotros en Calderón hacer perfectamente nuestro trabajo mientras fumar, hablar con compañero de al lado, ver partido y beber botellas de agua gratis... Cachear gente en puerta de estadio y controlar gradas sin tener que estar tiesos como pollas, no como vosotros
¡Nosotros controlar servicio! ¡No cliente! ¡Uhajajajaja!
No destaco por sentirme identificado con las empresas para las que trabajo, ni Júbilo, ni PROSEGUR. Sencillamente me limito a hacer mi trabajo, a ayudar a las compañeras y compañeros cuando me lo piden y a tratar a los jefes de usted aunque ellos me tuteen. Con eso, un sueldo a fin de mes y un contrato indefinido creo que puedo llegar a ser feliz por ahora. No tengo nada contra EULEN (independientemente de que haya uno de esa empresa en el consejo editorial de Júbilo, mi otro curro) Eso sí, nunca me había sentido identificado con PROSEGUR. La única duda que me suscita la otra empresa es saber en qué coño pensaban cuando contrataron a ese desequilibrado... probablemente en la acuciante falta de personal que sufre el sector de la seguridad privada.
Esa noche vi el partido del Atlético en casa, con Baby, Murci y el Gurú. Los tres empezaron a discutir si el gol del Sevilla era o no fuera de juego cuando mis risas interrumpieron su sesudo debate: Fue ver caer la botella de Ballantine´s, lo que desató mi carcajada... y los mecheros, y las latas de cerveza... y los tapones de botellas de agua... Curiosamente, cada vez que aperecía en plano un vigilante con el uniforme verde y caqui, parecía estar fumando y mirando el pertido... y este imbécil presumía de ganar más siendo menos profesional.
Máquina acaba de hacer un curso de guía de perros... espero que el bozal y el collar no le apretasen demasiado. Espero que le destinen al aeropuerto... a oler maletas (es lo que merece). Este tipo es tan tonto que merece una nueva modalidad de Graduado Escolar más allá de la famosa etiqueta de anís del mono: Máquina merece el Graduado Escolar por Puntos. El problema será mezclar a semejante cazurro con las nuevas y prometedoras generaciones de estudiantes.
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