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Me Cago En Mi Vida

¿Me has visto cara de Cupido o qué?

¿Me has visto cara de Cupido o qué?

Otro de esos casos ficticios que no nos pasan a los seguratas. Me pasó el sábado por la noche. A las 5 de la mañana, mientras salía a tomar el aire se me acercó un tipo. Un tío grandote, de pelo corto con una bolsa de deportes… con moquillos en la nariz y los ojos llorosos. Dos horas más tarde habría pensado que era mi relevo, pero no. Nadie llega dos horas antes (yo lo hice una vez por error y mi compañero creyó que me habían echado de casa). Se me acercó y me pidió un bolígrafo. Entré y se lo di, así que se acercó a uno de los portales cercanos a mi instalación. Escribió algo en una tarjeta y luego la rompió y la tiró… intentó repetir la operación un par de veces sin éxito, así que se volvió a acercar a mí (la curiosidad me pudo… debí meterme dentro, pero soy como un gatito: Estúpidamente curioso).

Volvió a mi posición, me ofreció una tarjeta y un móvil (era una tarjeta de comercial del Corte Inglés) y me pidió que escribiera algo: Es para una novia que tuve… para que no reconozca mi letra. Accedo y me dicta:

                                                                                                           “Merce, te querré la vida
                                                                                                                 19 de Mayo de 2005”

Se la devuelvo escrita y va y la coloca en el portal, no sin antes decir Ahora vuelvo a por la bolsa. No sé cuánto tardó en encajar la tarjetita en el buzón o en los botones del portero automático, sólo se que le miraba, y luego miraba a la bolsa… le volvía a mirar y luego a la bolsa…

Y en mi cabeza empezó a sonar tic-tac, tic-tac…

¿Cuánto coño se tarda en encajar una puta tarjeta de comercial del Corte inglés en la maldita ranura de un portero automático?

Tic-tac, tic-tac…

La paranoia es algo natural en los Vigilantes, sobretodo en el turno de noche. Mi cerebro ya funcionaba a toda hostia, y mi conciencia me llamaba imbécil por custodiar la bolsa de deportes de un desconocido que no atinaba a encajar una jodida tarjeta de visita en una puta ranura…

Tic-tac, tic-tac…

Como ocho horas antes, un imbécil había dejado una pegatina en la puerta de la instalación con un mensaje reivindicativo, algo sobre Zapatero, Rajoy y no sé qué jueces de Castilla y León. Moira que tenía pared ese pedazo de imbécil para pegarla, ¡Pero nooooooo! ¡Es necesario para la causa pegarla en la puta puerta del puto edificio donde estoy de turno de noooooche!... para más INRI firmaba con un número de DNI (probablemente ficticio… hay gente que cree haber descubierto al televisión) y un ¡Arriba España! … Ahora, tenía a Joe Tarjeta emulando a Pepe Viyuela en sus mejores tiempos, siendo incapaz de encajar una puta tarjeta en una ranura… sólo le faltaba gritar jodeeeeer y hacer como que sollozaba.

Tic-tac, tic-tac...

Hasta las narices del tic-tac imaginario, pensé ¿Y si se la ha cargado qué? A las cinco de la mañana no hay que pedir ni la hora, y este tipo (al que no conozco) me pide que escriba una tarjeta para su ex-novia…) Así, que interpuse los medios de protección del inmueble entre la bolsa y yo (vamos, que cerré la puerta) y me fui a agarrar a Anestesia… más que nada por la estúpida creencia que se puede batear la bola de fuego que origina el explosivo plástico. El tipo me miraba descorazonado al otro lado de la puerta, pero parecía contento: Al menos no se le habían llevado su bolsa.

¡Malvado Golfo! ¡Te has interpuesto entre dos personas que se aman! ¡O al menos entre una que sigue queriendo a otra! ¡O entre un zumbado y su mano derecha en una noche larga y solitaria!... Clar, soy malísimo ¿Y a Romeo no se le ocurrió firmar él su jodida carta de amor? ¿Y no se le pasó por la cabeza comprar una de esas tarjetas de San Valentín? ¿Qué clase de comercial no lleva un puto bolígrafo encima? ¿Y a qué clase de persona se le ocurre pedir esa clase de favor a un Vigilante a las 5 de la mañana? ¡Es que tengo cara de Cupido o qué! ¡Llevo un uniforme color caca y un enorme objeto faliforme de 50 centímetros  colgado de la cintura! De eso a unos pañales, un arco dorado y flechas con punta de corazón va un pequeño paso ¿No? ¡Una maldita diferencia! Y todavía se quejará… ¡Ya no se puede confiar en nadie…!

En fín, que feliz día de los enamorados. Echaos unas risas con lo que me ha mandado mi amiga Lau… Son varias páginas y no tienen desperdicio.

2 comentarios

Golfo -

De eso nada, hoy he mandado a Baby un SMS en el que le llamaba "Mi pequeño profiterol"... ¡Y bien contenta que se ha quedado! ¡Me ha respondido que soy su pequeño flan!. Cuando tratas de ponerte en forma y sacar algo de músculo, el que te llamen "pequeño flan" puede interpretarse como algo no positivo pero...

El abuelo -

Golfo, cada vez te veo menos romántico. La verdad es que yo no lo soy nada, ya que eso de espichar joven de tuberculosis no va conmigo ( espero cumplir más años que mi viejo colega Matusalén)

De todas formas, eso de estar a las 5 de la mañana, me parece excesivo. Me recuerda la anécdota del Gurú y la herida de leon

Hasta luego...