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Me Cago En Mi Vida

Los Gatitos son venenosos

Los Gatitos son venenosos

Esta es una historia que tiene algunos años, tantos al menos como la foto, en la que mi amigo Murci, el Tadjikonauta, me arrea probablemente por volver a contarla en público (no puedo evitarlo). El caso que nos atañe comenzó en la selecta cervecería Rubí, (en la C/Bravo Murillo, Madrid), donde Murci y yo disfrutábamos de nuestras enormes hamburguesas completas y unas jarras e helada Mahou de barril, cuando de repente observé sus enormes manos y dedos marcados por sucias cicatrices negras, como de arañazos.


- ¿Y eso? ¿Quién te ha hecho esas heridas?


 - Si te lo digo no lo creerías


- Me preocupas, Murciamigo, dime enseguida quién ha sido y yo en persona iré a Lorca a ajustarle las cuentas...


- En realidad la historia es más compleja, resulta que...


- Bueno, ¿Y por qué no te has lavado la herida?


-Ahí quería yo llegar, resulta que...


 
LOS GATITOS SON VENENOSOS:


Es por todos sabido que cuando un gato muerde a una presa, debido a su pequeño tamaño, no siempre la mata; sin embargo a la presa acaba muriendo a la larga...

(Personalmente yo defino las mordeduras de gatitos en dos tipos: Letales -que matan- y no letales -que no matan, pero Murci me ha descubierto una tercera modalidad de mordedura de gatito: Las que no son letales pero acaban matando a la larga)


Esto ocurre porque en la saliva del gato existen componentes tóxicos que, al entrar en contacto con la sangre, producen una muerte lenta por envenenamiento, permitiendo al gato huir de un ataque, o librarse de un combate peligroso y prolongado que podría ponerle en peligro.
Pues bien, también sabes que en casa (en La Escucha, pedanía cercana a Lorca... en la Murcia interior) yo tengo gatos... mogollón de gatos: Unos veintiséis. De hecho no podemos reducir la población pese a que ejecutamos a las crías que no podemos mantener estrellando sus cabezas contra una pared o metiéndolos en un saco y arrojándolo al pilón...


- Perdona, Murci ¿No habéis probado a disolver una aspirina en un cuenquecito de agua y que los gatitos beban de ahí... sufrirían menos y no os mancharías y de sangr...


- Eso es caro... y no interrumpas.


- El ácido cítrico también les es tóxico ¿Podríais...?


Te he dicho que no me interrumpas, por favor. Bueno, el caso es que las crías supervivientes (las que nos parecen más bonitas) lo llevan crudo en su primer año de vida, compramos su comida por sacos de 50 kilos, imagínate su impacto en nuestra economía doméstica; y claro, aunque la comida es abundante los cuencos (comederos) son limitados: He ahí el problema. Al escuchar el ruido de los Friskies caer sobre las superficies de plástico, dos decenas y media de gatos (algunos de más de cinco quilos) se lanzan como locos a comer, y meten sus cabezas entre las de los demás. De hecho es normal que se produzcan peleas y algún que otro zarpazo. Ahí vi yo un día a uno de los pequeños desplazado, esquelético... imposibilitado para llegar a la comida, al borde de la inanición. 


 Tú me conoces, sabes que en el fondo soy como un caballero andante que no se puede estar quieto ante la injusticia, así que cogí al  gatito con una mano y un puñado de friskies con la otra para darle de comer...
Pero se asustó, juro que sólo trataba de darle algo de comida para que no muriera, pero el gatito fue presa del pánico y comenzó a arañarme las manos y los dedos. Yo, claro, traté de resistir por su bien, de aguantar el dolor... pero me fue imposible, mira que me puse de pie, pero en un acto reflejo mis brazos empezaron a moverse solos, mi cerebro lo único que quería era que el minino se soltase y dejara de hacerme daño, pero él no notaba mi lucha interior, y de hecho cuanto más bruscamente me movía, más profundamente clavaba sus pequeñas garras, hasta que de repente, se soltó...


(Primer ataque de risa. Imaginaos a todo el bar callado, mirándome como desde el suelo no podía dejar de reír, colorado, casi sin respiración: Uno de esos ataques de risa que sólo se pueden cortar con un ataque de hipo)
El gatito salió volando, dando vueltas en el aire como una bolsa de plástico vacía hasta darse contra una pared con un sonoro ¡Crock! que sonó en mi cabeza como un cañonazo (unas lágrimas comenzaban a salir de sus ojos) Me acerqué a él y no se movía, permanecía inerte con su pequeño cuerpecito perdiendo calor... te lo juro, lloré como una Magdalena, así que me agache, lo recogí con mis manazas y fui a pedir consejo a la persona más sabia de la casa.
Entré en la cocina para que mi madre me aconsejara qué hacer: Había acabado con una vida inocente, llena de futuro... con un gatito de apenas un par de meses. Mi madre, lo miró de reojo, y sin sacarse el Ducados de la boca dijo aun vive, pero no dejes que sufra...


¡Estaba vivo! Todo mi ser quería salvarlo, pero algo tienen las madres, que cuando mandan algo obedecemos sin pensar, automáticamente... como terminators (la sola idea de un Murciator casi me provoca otro ataque de risa como el anterior) por lo tanto, cogí al gatito en una mano y ¡PLAF! lo estrellé contra el suelo. No se movía, así que me agaché para comprobar si todavía respiraba y... como en una película de miedo el gatito giró antinaturalmente su cabecita, me miró con los ojos medio cerrados, abrió su hociquito y emitió un fantasmal ¡Eeerk! que me perseguirá toda la vida. ¡No podía creerlo, iba a ser verdad lo de las siete vidas!, así que ahora, cabreado, volví a cogerlo con mi manaza buena (la derecha), y lo levanté por encima de mi cabeza para lanzarlo de nuevo contra el suelo ¡CRACK!...


¡Eeerk!


Esto ya parecía cachondeo... (Aquí imaginad que me había caído de la silla por tanto reírme), así que furioso volví a levantar al gatito por encima de mi cabeza y esta vez cerré los ojos para lanzarlo hacia el infinito y más allá... ¡PLAMM!...


¡Eeerk!


(Aquí Murci lloraba como una Magdalena mientras yo casi me arranco la lengua a mordiscos para no reír)


Tengo la sensación de que ese sonido me perseguirá toda mi vida... así que recogí de nuevo el cuerpecito de ese cachorrillo que se empecinaba en no morir, en no dejar este mundo, y se lo llevé a mi padre. Mi padre estaba apoltronado en el sofá viendo la tele y bebiéndose un vino cuando llegué con el inmortal en las manos... Mira papá, mamá me ha dicho que lo remate para que no sufra, pero ya van tres intentos y no lo consigo... Mi padre no apartó la mirada de la tele antes de decir: Pus sácalo al patio a que le de el aire... mañana estará bien.

Si las madres pueden hacer que asaltes una colina infestada de Vietcongs, o que te cargues machetazos a todos los monitores de un campamento para niños en un lago de Iowa, los padres es que deben ver el futuro, porque a la mañana siguiente, como por cosa del Ratoncito Pérez, el gatito andaba y saltaba como si nada hubiera pasado...


- Espera Murci... ¿Un tío de 1,90 como tú no ha podido matar a un gatito de menos de un kilo después de tres intentos?


- ¡Y tú! ¡Tú eres un cabrón que se está riendo de mi suceso! ¡Pues me dolió coño! ¡Me jodió mucho creer que había matado a un gatito pequeño!


- A todo esto... ¿Por qué coño no te has lavado la herida?


- Por miedo a morir, joder, ¿No ves que puede llevar el veneno del gatito todavía?...


Sí, soy un cabronazo, la verdad.  Mi amigo, con lágrimas en los ojos, sólo pedía comprensión y otra cerveza, pero yo, cerdo de mí, me partía de la risa en su cara sollozante. Además esta debería ser una de esas historias que quedan entre amigos, pero cada vez que presento a Murci a alguien nuevo le acabo contando la historia del gatito venenoso... y a propósito: Aun no me queda claro por qué coño no se desinfectó la herida...

 

 

 

9 comentarios

Golfo & Verdi -

¡Eeerk!

Baby Protectora de animales -

La historia es divertida, pero a la vez triste... no sé, como que me da pena imaginarme el sufrimiento del pobre gatito.

Verdi -

Ciertamente cada vez que veo entrar a ese enorme personaje de cómic en casa salgo por pies a esconderme, aunque ya sospechaba yo algo sobre el veneno en nuestra saliva: Hace poco hice un experimento de resultados no concluyetes. Gracias por acordarte de mí.
Atentamente:
Miau

El abuelo -

Por cierto, ¿Verdi que opina de esta historieta?, seguro que cuando Murci aparece por tu casa Verdi sale corriendo

Golfator -

Sí, soy un asco... qué se le va a hacer

icanko -

eres una persona maal ):
Murci buscaba comprension en su acciones de 4 intentos de matar a un gatito ( vaale, el primero - accidente )

y tu que? ):

Golfo -

Cierto, cuando Gurú venga de visita, vente con él: Conocerás a Murci y probaréis mis lentejas

El abuelo -

Ja ajajajajajajaj, jajajajajaja, jajajajaj. Jooooder, esto es mejor que lo que me paso con el poster de Steven