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Se hacen estudios sobre todo

Se hacen estudios sobre todo

No sé bien si calificar la siguiente historia como Crónica Murciana o como Divagación del Comité de Sabios. Anoche invité al Murci a pizza en casa (un detalle de lo menos significativo) y antes de probar siquiera su cerveza ya estaba “funcionando”. ¿Cómo funciona Murci? Pues lo vais a ver:

 

Daban en un informativo la noticia de un hotel que, por abaratar costes o, como lo llaman ellos, “innovar en el mercado”, han colocado un coche encima de una plataforma elevada, lo han decorado por dentro, y ahora lo llaman “Habitación de Hotel”. ¡Yuju! Por fin un polvódromo como Dios manda, se dirá el sorprendido lector, hasta que conozca el comentario del murciano:

 

¿Sabéi que hicieron un estudio sobre en qué coches se podían hacer más posturas y ganó el Clío?

 

Estuve corto de reflejos. Lo reconozco. Más que nada porque no se me ocurrió otra cosa que decir que “Bueno, cuando echas los asientos para atrás hay bastante espacio...”. Pero lo que no esperaba, lo que me sorprendió de veras, fue que el señor Gurú, el mismísimo “Apoyaré cualquier cosa que trates de calificar como chorrada” Gurú, fue quien, ocupando mi tradicional lugar, encaró el murciargumento de manera poco amable:

 ¿Un eztudio? 

 

Lento de reflejos, porque no aproveché el momento para apoyar a Murci, como si estuviéramos en el Parlamento, con una frase del tipo “Hay sociólogos con demasiado tiempo libre” o “¿Por qué no se iba a estudiar eso? ¡Puede que le interese a alguien!”, e incluso un incontestable “Si un avión comercial puede sobrevolar cuatro bases aéreas soviéticas como quien baja a por tabaco ¿Por qué coño no iba a financiar alguien un estudio sobre posturitas en coches pequeños e incómodos?”. Si se ha llegado a enviar transbordadores espaciales a la órbita terrestre para estudiar a la mosca del vinagre (supongo que para evaluar su reacción en gravedad cero ante el golpe de un periódico enrollado) ¿Por qué no poner a jóvenes y seniors a echar un caliqueño tras otro en diversas posturitas para descifrar qué coño quieren decir los anunciantes de coches con el concepto “ESPACIO”.

 

Pero la imagen del día, lo dijo en Onda Cero Fernando Ónega, fue la del jodido contenedor amarillo rodando calle abajo durante el vendaval (joder con la suerte que tienen los gallegos ¡Vaya racha!). Fue en ese momento en el que la murcibombilla se encendió y soltó eso de:

 ¿Zabéi que yo he hecho eso? Cuando era chico solía meterme en lo bidone vacíoh y echá a rodá cuetta abajo

 

El interrogatorio estaba servido. El Gurú apenas podía hablar de tanto que se reía. Inquirí al joven ex-labriego sobre si lo hacía por voluntad propia o se lo hacían otros para reírse, pero él insistía en que entraba por propia decisión en los bidones, y que se partía el pecho de risa. El Gurú logró dejar de llorar por las risas y se atrevió a preguntar:

 

Pedo lo hazíaz tú zólo u oz lanzábaiz varioz pada ved quién llegaba antez?

 Como si se tratase de un cura, o del profesor Najib Abu Warda, Murci logró responder algo que en absoluto tenía que ver con la pregunta:  

 

No llegamo a meté tré en un solo bidón. Mi do hermanoh y yo, lo tre ahí arrumaico. ¡Y cómo rodábamo, macho!

 

 Tremendo. Desde niño, siempre quise emular a Jesús Quintero en las entrevistas. Por fin tengo algo parecido al Cuñao.  

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