EL EFECTO GOLFO
La psique humana es una creación compleja, un organismo, creo yo, independiente que va a su puta bola con el único objetivo de darnos divertidas sorpresas a los observadores del “Proyecto Gran Humi”. Tomando como sujetos de referencia a las compañeras y compañeros de oficina, la observación de cómo varía su intachable comportamiento ante la presencia de un becario desequilibrado, hasta convertirse en una acción disfuncional, antisocial y , en resumidas cuentas, en algo que no llevarías a cenar a casa de tus padres, me ha hecho elaborar la teoría que he resuelto en denominar: EL EFECTO GOLFO.
¿Qué ocurre para que un pro activo monitor de Boys Scouts torne su comportamiento del Cumbayá, Señor, cumbayá a una serie de metáforas sanguinolentas del tipo: “Que nadie lea esto... o tu sangre se confundirá con las cajas de la revista Júbilo en el almacén”...?. Expertos consultados por MCEMV, han concluido que la presencia de alguien quemado por cobrar diez veces menos en su principal empleo respecto a su curro de fin de semana, pese a que al primero le dedica cinco días a la semana y al otro sólo tres, lleva a una reacción de simpatía (como cuando un explosivo explosiona sin necesidad de ser activado por un detonador), y un impulso de imitación en busca de una idéntica sensación de impunidad del tipo “Para lo que me pagan ¿Qué más da si hago el bestia?.
¿Qué lleva a serios y responsables trabajadores del mundo de la información de masas a especular sobre la relación entre la saga de Starwars y la investigación antropológica (PROYECTO GRAN EWOK) para después desviar la conversación al mundo del mayor (PROYECTO GRAN SENIOR)?
¿Por qué un excelente periodista capaz de decapitar a un par de plataformas residenciales de las más importantes se pira de la empresa echando pestes pese a tener todo el status del mundo para compensar lo poco que cobra? Bueno, el efecto psicológico de que alguien que se sienta a unos metros de él se haya marchado de la empresa para hacerse vigilante de seguridad es, para las fuentes expertas en asuntos psicológicos consultadas por MCEMV, una razón similar a la anteriormente citada para explicar tal comportamiento, aunque es conveniente analizar la postura creciente entre los profesionales de la información respecto a la relación horas trabajadas/ salario, nos lleva a un camino bifurcado: Por un lado la obsesión por plantarle al rectorado de su universidad una denuncia por estafa (Efecto “¿Cinco años de carrera para esto?”) y por el otro la comparación inevitable a la hora de bajar a un bar a echarse unas cañas al gaznate, y comprobar lo que cobra el inmigrante de origen andino que le ha puesto la birra delante (Efecto “No me atrevo a decir públicamente cuánto cobro, pero si van a cobrar lo mismo que yo que este trabajo lo hagan los peruanos”). El destacado profesor Kometarrov, apoyado por un prestigioso grupo de psiquiatras soviéticos ha señalado que, de haber tenido un compañero con un puesto de responsabilidad que hubiese dejado el Periodismo para hacerse fontanero podría haber habido bajas por impacto de bala.
¿Qué hace que varios profesionales de la información rompan a reír sin control cuando se les ordena se borre toda la información que relaciona al Presidente de la empresa con personajes recientemente conocidos por un escándalo de estafa? Un reciente estudio, en absoluto relacionado con la Federación de Jefazos y Demás Familia (FJDM), indica que la vibración producida por los motores de esas maquinitas que convierten los documentos comprometedores en una especie de tallarines con alto contenido en celulosa, provoca un efecto de incontrolada hilaridad en el personal de oficina mal pagado y poco motivado. Sin embargo, es posible que el malsano deseo de ver al jefe entre los jefes vestido con un traje a rayas, y la envidia de ver cómo las compañeras que estudiaron en una universidad privada celebran que un profesor que les puteó durante varios años de carrera calienta ahora un catre en Alcalá Meco, haya hecho más por provocar esa ráfaga de carcajadas que todas las vibraciones fabrica-tallarines del mundo.
Existen multitud de casos más, como el hecho de que una compañera, temerosa de una explosión, pida rosas rojas para su funeral antes de entrar en el cuarto de baño tras leer el cartel de No encender la luz, o que otra sugiera sustituir el envío por e-mail del Boletín diario de noticias por un sistema de reparto a base de palomas mensajeras infectadas de gripe aviar, son indicadores de que algo ocurre con los trabajos de despacho mal pagados en los que apenas existe motivación (léase de nuevo mal pagados... y perdón por la redundancia), y que tratan de venderse con eslóganes del tipo: “Sí, cobrarás una mierda, ¡Pero tendrás tiempo libre para no disfrutarlo por tu escaso nivel adquisitivo!”.
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