Blogia
Me Cago En Mi Vida

LA FIESTA DEL SOMBRERO MEJICANO (NED Y YO)

LA FIESTA DEL SOMBRERO MEJICANO (NED Y YO)

Muy bien, María de las Mercedes. Cálmate, no voy a hacerte daño. Mira esto, voy a enseñaros algo muchachos... Este es el mejor modo de hacer esto... ¡Valentín! ¡Presta atención, por el amor de Dios!... cosas así pueden salvaros la vida durante unos ejercicios espirituales en campo abierto...  

 

Ahora os voy a hablar del que fue, en Júbilo, mi Redactor Jefe... (el mismo que me enseñó que, según el libro de estilo de la Agencia EFE, todos los nombres de cargos a excepción del Rey se escriben con minúsculas): Ned “Neddy” Flanders, conocido periodista y comunicador en el mundo del mayor, currela de Libertad Digital y uno de los mejores jefes que he tenido en mi vida... más que nada porque me comunicaba con él vía e-mail, porque le vi la cara en sólo cinco ocasiones hasta el día de hoy (entrevista de preselección incluida).

Neddy viene, al parecer, de una familia tradicional, anclada en las tradiciones más clásicas de las que él mismo es partícipe y agente transmisor. Tanto es así que, antes que fraile fue cocinero... vamos que era monitor de los Boys Scouts, organización en la que adquirió sus dotes de liderazgo, su capacidad para enseñar a los demás, y mil y un trucos para sobrevivir en el bosque. 

A ver, Ana María de la Santísima Trinidad ¿Querías que te llamara así, verdad? Pon la flecha sobre la cuerda... así, ahora mantén el codo levantado y la mano que tensa la cuerda a la altura de la mejilla... sí, con los ojos siguiendo la flecha hasta la punta, y detrás el blanco... peor no lo odiéis: Eso es pecado mortal y habrá que confesaros... bien, ahora alargad con la otra mano... ¡Muy bieeeeeen Gabriel Ildefonsoooo! Así, tensad el arco hasta que vuestros bracitos estén totalmente rectos...no, Moisés Miguel, mantén el codo un poco curvado, si no la cuerda te hará daño... mirad al objetivo y usad la flecha como referencia... ¡Ahora soltad la cuerda!

 

Tan conocido resulta Neddy, dentro del apasionante mundo del mayor (lo que tras estos tres meses apasionantes me ha dado por llamar el Proyecto Gran Senior) que más de una vez, cuando me dejaba teléfonos de organizaciones relacionadas con los mayores, me incluía una nota con el nombre de una periodista por la que tenía que preguntar, y a la que tenía que mandar recuerdos...  el resultado solía ser que esas mujeres, con las que sólo mantenía contacto telefónicos, me mandaban grandes besos... que no eran para mí.

 

Cuando PSOE y PP decidieron enzarzarse utilizando vídeos manipulados para provocar lo que los profesionales (me río cada vez que uso esta expresión en el mundo de la comunicación... sobretodo cuando me incluyo) denominamos Subcepción (los friquis lo denominan percepción subliminal) me permití hacer exactamente lo mismo al recomendarle que llamase a Das Bunker, que preguntase por Pizarroso... y que le diese recuerdos míos. 

Respecto a su labor en Libertad Digital, no la conozco demasiado, pero en nuestras conversaciones sobre Luis del Pino (el de los Enigmas del 11-M) se me desveló más de un dato curioso y aplicable en el futuro (nada de comadrejeos Ned, tranquilo por ahora), nada del estilo ¡Buenas tardes jefe! ¿A qué huele? Me parece que a esa mezcla de plástico le falta algo de” trinitrotolueno”... como no parece “Semtex”, supongo que Don Luis y Don Federico no te han encargado otro de sus experimentos de Química... ¿Un nuevo centro de Planificación Familiar quizá?.

Estoy exagerando, Neddy es de los que ponen una mejilla y otra, y otra y otra... tiene más mejillas que uno de esos bichos de Urotsukidoji. Demasiado buenazo para el competitivo mundo de la comunicación de masas... y para el mundo del mayor... joder, demasiado bueno para cualquier mundo extramuros. 

Muy bien, ahora tenéis a ese hippy vegetariano fumahierbas clavado al árbol no hay problemas en acercarse y... ¡Excelente disparo al plexo solar Ruth Esther... ¡Magdalena! ¡Se te ha desviado un poco y ha dado en la frente, pero no pasa nada, podrás mejorarlo por la tarde!... 

Con el tiempo mi presencia empezó a afectarle... (al menos eso creo yo) y de echo empezó a afectar a toda la plantilla. Es lo que denomino El Efecto Golfo. Empezó a hacer coñas sobre todo: Mi presunta relación con una conocida actriz senior (el mono Chita), la valoración compartida conmigo sobre que lo mejor de la empresa era el paisaje (sobretodo las elementas de dicho paisaje...)   la necesidad de no añadir a las citas de los presidentes Bush y Putin la frase en declaraciones exclusivas a Agencia Júbilo Noticias. Cabe destacar su modo de acabar cierto comentario: “Si llegases a compartir esta información con alguien de esta empresa, tu sangre se confundirá con las cajas llenas de revistas y periódicos del almacén”...  

 

Ahora este melenudo con barbas no puede moverse, es el momento de que Moisés nos alcance esas hachas nativoamericanas que preparamos ayer por la tarde en la clase de manualidades... ¡Incluso podéis lanzarlas haciéndolas girar en el aire así!... <<¡THWAK!>> ¿Veis? Justo en la frente... o si no, os acercáis más y <<¡THCAK!>> así, con un movimiento circular impulsado por al cadera se les puede cortar la cabeza... 

 

Pues bien, era costumbre de la plantilla actuar como si se tratase de una gran familia, por lo que se apuntaban los cumpleaños de todos los miembros, y una semana antes del feliz día, se hacía una colecta de un par de eurillos por barba para comprarle un regalo. A cambio, el homenajeado (u homenajeada) traía pastelitos, saladitos y demás comestibles que solían dejar peligrosamente cerca de mi puesto... con lo que duraban realmente poco (ya que cobraba poco qué menos que ponerme morado a comer...) a eso lo acabé denominando “La fiesta del Sombrero Mejicano”, en honor a grandes series de televisión como “Los Simpsons” o “Tan muertos como yo”. Se acercaba el cumpleaños de Ned y... ¿A quién le iba a tocar recaudar fondos para su regalo? Pues a su becario... a ése que le había visto en persona tres o cuatro veces...  

Ayudadme a cavar un foso y usaremos sus huesos y su grasa para hacer una bonita hoguera de campamento... Pedro Pablo, ve a por leña, pero no pierdas de vista a José Judas... –susurrando- nunca me he fiado de él... María Ascensión, pásame la guitarra, que el resto vamos a entonar un salmo...

 

Al grito de Cumbayá, Señor, cumbayá... actué con él, por primera y única vez, en plan comadreja, y tras mucho investigar qué demonios puede gustarle a un tipo que gana diez veces más que yo (es decir: Cualquier cosa que pudiera comprar con los veinte o treinta euros recaudables probablemente ya lo tenga) al final me fui a la Casa del Libro y... a ver, el libro de César Vidal de esta semana... las memorias de Fraga... El Código del Código del Código da Vinci... naaaa, me decidí por el último de Pérez Reverte y, como buen oportunista, le colé mis dos libros y el tercero (en el que sólo colaboré un poco) y me quedé a esperarle en la redacción sólo para ver qué cara ponía... incluso fingió que le gustaban.

 Dicho esto, quede el homenaje al jefecillo para la posteridad a la espera de su respuesta como comentario... ¿Cómo era? “Hijo de perrilla...” 

0 comentarios