TENGO DESPACHO
Tengo despacho. Tengo despacho y me mola. Resulta que, por las vicisitudes de la vida, uno de los homínidos con los que compartía piso se ha ido y he heredado su habitación. Una chulada.
El pasado fin de semana, con nocturnidad y alevosía (aunque en realidad vino por la mañana y había avisado por correo electrónico) el Gurú llegó, recogió sus cosas y emprendió el camino de regreso a la casa de sus padres. Una lástima. Pero tener mi propio despacho endulzará mi tristeza.
También es cierto que el colega podría haber invertido parte de su esfuerzo en recoger todas y cada una de sus pertenencias (incluido un cojonudo sillón de piel tipo jefazo que me encantaría haber arañado) en limpiar la jodida habitación, porque dejó con más polvo que la brisa de Chernobyl en la primavera de 1986.
Ahora se abre ante mí un mar de oportunidades, con nuevos lugares donde esconderme, una habitación con cama de matrimonio, mesa con ruedas, su propio armario... ¡Incluso tiene una zapatera! Es maravilloso. Estoy pensando en colgar algunos pósters junto a los mapas y los planos de armas de destrucción masiva.
Ahora sólo falta que la manada de antropoides con los que convivo pille la indirecta. Un gatito que planea dominar el mundo necesita un despacho para planear la conquista. Es de libro. Espero que no piensen en alquilar el espacio a más homínidos, o en utilizar mi centro de decisión para el sometimiento de la humanidad como almacén. No soportaría tropezar con la bicicleta que sólo gira a la izquierda o con el estúpido piano enorme de Baby mientras intento localizar el punto de máximo esfuerzo de un frente de batalla.
Que tengáis un bien miau.
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Verdi -
Baby -
Steam Monkey -