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Me Cago En Mi Vida

UN HOMBRE, UNA MUJER... UN PAVO

La Navidad es esa época tan fría del año en la que todos podemos hacer una titánica gilipollez y salir de rositas... más o menos de manera impune. ¿En qué se diferencia entonces del verano? Se dirá el agudo lector. Comparemos ambas etapas del año: Impera el buen rollo, solía tener vacaciones pero ahora tengo que pringar... hojas de calendario a parte, la principal diferencia es que la Navidad está en el semestre de vino y el verano en el de la cerveza, más que nada por la temperatura que es sutilmente diferente (el puñetero signo que va delante del numerito... eso que me complicaba las matemáticas en el instituto). Eso y la comida. En verano nunca se me ocurriría comprar un pavo.

 

Anduve yo en pleno éxtasis consumista, algo que suele ocurrir cuando no tienes ni idea de qué comprarle a la parienta y sales a dar una vuelta para inspirarte. Estaba en el supermercado ojeando compactos packs de polvorones cuando lo vi. Tenía que adoptarlo, meterlo en el horno y comérmelo.

 Propongo nuevas definiciones para “Pavo”:  

-         Ave enorme que los gringos (que tienden a ser grandotes) suelen comerse en Navidad.

-         Plato típico de Pascua que, desde la perspectiva del comensal que no ha pasado antes del pollo asado, le hace creer que vuelve a la infancia debido a la nueva perspectiva (ave enorme = comensal pequeño).

-         Solución para la lucha contra el hambre criada en corrales de Chernobyl que, una vez salido del horno parece no acabarse nunca.

-         Alimento que genera sentimientos de solidaridad y generosidad cuando te llevas una ración para comer en el trabajo, debido a que suscita frases del tipo “¿Alguien quiere un poco?” o “¿Nadie va a ayudarme con esto?”

 

Han pasado cinco días y aun queda pavo en casa. Lo digo por si alguien quiere, dado que, tras aplicar mi sentido soviético de la previsión, resultó que ese pedazo de ave nos lo hemos tenido que comer entre Baby y yo. Verdi ayudó en la medida de sus posibilidades, pero si un gatito pasa de dos a cuatro kilos en tan poco tiempo sus esperanzas de dominar el mundo y esclavizar a la humanidad pueden verse seriamente mermadas.

 

La solidaridad murió con la Guerra Fría, una frase de la que he podido dar cuenta cuando la madre de Baby entró en casa y puso una compleja excusa para no ayudar en la causa común, en la lucha contra el ave (algo del tipo “No hasta que esos cabrones de Washington DC. reconozcan que la Guerra Fría la ganamos nosotros... al fin y al cabo no nos conquistaron”). La señora parece haber roto el Pacto por las Libertades y el Pavo Navideño y, consecuentemente, he tenido que tragarme yo el problema... y su relleno.

Le pregunté al Señor Lobo (me tocó trabajar con él en Nochebuena... y el día anterior y el posterior) si tenía experiencia con este gigantesco animal (para él debe ser una especie de pajarito frito porque el tipo es enorme) y me contó una historia de su pueblo, allá en Galicia: Efectivamente, había preparado y consumido enormes pavos (enormes para los mortales no para este Mazinger Z de la seguridad privada)... lo curioso es que me dijo que le tocó “emborracharlo”. ¿Qué coño le hacen a los pavos en Galicia? No daré detalles sobre nuestra improvisada receta (Baby podría enviar a un chino cachas para que me diese más leches que el hijo de puta de Neo)... sólo daré una pista sobre lo que nos inspiró: *

4 comentarios

Baby -

Feliz año Nuevo!!! A los que están en el hemisferio sur y a los que están en el norte.

Golfo -

¡Feliz Navidad! con algo de retraso, claro ¡Y Feliz Año Nuevo!

Encima te quejarás por tener la Navidad y el Verano juntos...

Mafalda -

Jejejej, excelente el relato del pavo. ¡Felicitaciones por la odisea! Aquí en América del Sur no existe la tradición pavística. En cambio, comemos pollo y ensaldas varias, contando la de frutas. Tomamos vino blanco bien frío y cerveza antes y después de la cena. Siempre hay un desubicado en la familia que compra turrones y almendras acarameladas, pues así como santa claus anda abrigado con 35 grados centígrados, se venden esos preparados azucarados por todas partes. No importa, la navidad con calor está muy bien! A ver si se atreven a pasarlo aquín alguna vez!
¡FELIZ AÑO NUEVOOOOOO!

Golfo -

En caso de duda, preguntar al "compi".

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