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Me Cago En Mi Vida

Baby y las Minas de Sal

Baby y las Minas de Sal

Existe una conspiración... sé que al trabajar en el sector de la seguridad privada haciendo turnos de noche, lo primero que pensará el lector es que padezco paranoia, pero como ya dijese Kurt Cobain en una canción, que seas un paranoico no significa que no haya alguien justo detrás de ti. La conspiración es real y en el ajo hay gente muy importante (al menos para mí). ¿El objetivo de la conjura? Que aprenda búlgaro de una vez, que ya me toca... ¿Sus métodos? comparables a los de la Organiskaya (que no sé si es el nombre de alguna mafia del este pero al menos suena muy parecido).

 

Cada tarde que tengo libre, aparece la encantadora Baby cargando con el enorme ladrillo verde que publicó hace casi tres años Tania Laleva y unas ganas enormes de compartir conmigo sus conocimientos acerca del latín de los eslavos... y esto no es ir de tiendas, aquí la técnica Simpson de escaqueo no vale. Encima me da opciones: Puedes aprenderte esta canción ligera (al parecer pertenece al libreto de Alicia en el país de las maravillas... cuando un ratón explica a Alicia por qué no le gustan los gatos) o bien pasamos a la lección dos. En otras palabras: Memorice este texto en cirílico y recítelo con excelente pronunciación sofianski, o será enviado a las minas de sal y especias de Kessel, donde la esperanza de vida es de veinte minutos.

Lo más divertido es que no está ella sola, cada vez que vienen compatriotas suyos a casa, me veo obligado por su muéstrales lo que sabes decir en búlgaro, a convertirme en uno de esos niños de películas repipis, vestido de marinerito y con tirabuzones dorados como tocado, que toca el piano ante las visitas para orgullo de sus padres, fingida sorpresa y admiración de las visitas (qué difícil es ocultar un bostezo) y vergüenza del joven concertista, que sabe a ciencia cierta que si comete un error nadie le corregirá... o por lo menos eso quiere creer). Ya me lo hizo una vez, en Sofia, delante de sus tíos abuelos (una pareja de jubilados tan puesta en francés que entendían lo que yo decía en español... ¿?), lástima que cuando me preguntan por frases en búlgaro sólo vengan a mi mente amenazas e insultos: Lo suficiente como para viajar a ese encantador país y ser expulsado de todos los bares y discotecas a través de las ventanas... ventanas con cristal y algunas con barrotes. ¡Por favor, camarada camarero, un vodka con zumo de poya!

Lo peor es que en la conspiración está metida mi propia familia... ¡Mi madre! ¡Carne de mi carne y sangre de mi sangre! Sorprendida por la habilidad de Baby en resolver los crucigramas de Mambrino (el de El País), no sólo se empeñó en levantar más alto el pabellón español poniéndose enseguida a resolver mambrinos (Baby tendría serios problemas para hacer el crucigrama del Canarias7... necesitaría un diccionario de canarismos), sino que además me ordenó (cuando una madre dice algo no suele ser una sugerencia... más bien se trata de un imperativo sutil) que aprendiese búlgaro cuanto antes para lograr la tan ansiada paridad lingüística... Gracias a Dios Baby no nació en Xingjiang...

 

Así que aquí ando, entre picos y palas y rodeado de sal, a ver si progresamos un poquito con esta cosa tan rara...

do skoro vishdene!

 

2 comentarios

Golfo -

Eso me recuerda cuando viví la reunión suegro-yerno más surrealista de la historia en Sofía, en el verano de 2004... merece todo un post:

Imagina una hora mirándonos a los ojos sin decirnos nada (porque yo no hablaba nada de búlgaro -excpto insultos y amenazas-... y él nada de inglés ni español).
Pregunta de control al imbécil que se tira a tu hija: "¿Con qué quieres la Vodka?" yo lo pedí con limón y él con tónica (¡ojo! no mezclarlos jamás o se corre el riesgo de ser sodomizado con una viga de acero)... cuando oyó "Limón", el camarero puso una cara rara y Todor (mi "suegor") le aclaró: "Pobrecillo, es que es español".

El abuelo -

Golfo, no te queda más remedio que aprender, que hablar en el mismo lenguaje que la suegra es algo primordial, no vaya a ser que te ponga verde y no te enteres.

Por cierto, creo que aún debes aprender a tomar Vodka a palo seco, que los españolitos de a pie (por lo menos los godos lo hacemos) siempre lo rebajamos.

Un saludo desde mi retiro vacacional (escuchando Dire Straits, Sultans of Swing).