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Me Cago En Mi Vida

Fin de curso

Fin de curso

Hoy han terminado las clases teóricas y prácticas, y tras un breve acto protocolario mañana (una especie de bienvenida a la empresa), podré decir que mi formación como Vigilante de Seguridad (Segurata, vamos) habrá llegado a su fin, al menos hasta que la empresa me obligue a hacer cualquier curso de reciclaje.  ¿Hip-hip Hurra? ¿Dónde están las copas? ¿Dónde mi gorra de plato para lanzarla al aire? Pues no tengo ni idea, pero he encontrado un par de fotos para que os hagáis una idea -aproximada, pero idea al fin y al cabo- de cómo eran las recepcionistas citadas en la anterior PROSEanécdota. Digamos que se dan un aire.


Nos han entregado el examen teórico de la empresa… y resulta que tengo que traerlo rellenado ya el día que la empresa me ha convocado para las pruebas físicas y teóricas… así matan dos pájaros de un tiro (40 horas de formación a distancia y examen teórico, no sea que alguien pudiera pensar que nuestros Vigilantes son cortitos de mente – Una frase del Señor F.) e incluso nos han iniciado en el complejo mundo de la Ley de Seguridad Privada… sí, creo que le dedicamos unos diez minutos, luego pasa lo que pasa. Después nos han hecho un test, más que nada para comprobar si recordábamos lo que nos habían contado en las últimas dos semanas (bueno, y en las últimas dos horas porque venía todo junto).


También nos ha vuelto a visitar el Señor P. (y empiezo a estar tan hasta las narices de escribir iniciales como el lector de leerlas, pero esto le da un aire de sociedad secreta que se me antoja irresistible). Prometo todo un artículo dedicado a las frases gloriosas del Señor P, no tienen en absoluto desperdicio, entre otras las de Los de Operaciones contamos lo que nos da la gana… o Vais a acabar todos vigilando una puta obra asediada por hordas de gitanos. Maravilloso: Si alguien no ha visto aun la película Armados y Peligrosos, aun está a tiempo para hacerlo y compararla con lo que aquí os narro.


Un día muy completito, en el que cabe destacar que me dolía la mano de cojones por la práctica de defensa personal de ayer, que los lectores asiduos de mi PROSEaventura han bautizado como Clase de romper culos, principalmente porque el buen señor que hacía de instructor me cogió como Sparring… (sí, me han bautizado con ese nombre: Sparring), o mejor dicho: Me cogió como Crash Test Dummie (como esos muñecos que montan en los coches de pruebas antes de lanzarlos contra un muro). Eso, sumado al frío que ha hecho hoy, y a mi tradicional fragilidad de muñecas (como le dije a una compañera: Algunos niños tienen balones y cometas, yo de niño tenía escayolas en los brazos) ha dado por resultado que mi pulso está a tal nivel que podría dedicarme profesionalmente a robar sonajeros. Por otro glorioso lado, me tocó al lado un gordinflón (bueno, un PROSEcompañero gordinflón) que no paraba de dárselas de veteranillo y de masticar chicle. Me puso de los nervios. Lo juro, diez minutos más y habría aplicado mi propia teoría de los primeros auxilios con ese tipo: Extracción del chicle con los dedos (de una boca sin dientes) y reintroducción del mismo hasta la cavidad estomacal… vía rectal (vamos, por el culo) e impulso del mismo a través de presiones contundentes con la punta del pie (a patadas).


En fin, todo mi cariño a mis compañeras y compañeros (jadeasen o no). Creo que algunos leerán estas anécdotas sobre el curso que hemos compartido, así que prometo resumir cada día en uno o dos artículos cuanto antes.
Hala, suerte a tod@s.

 

6 comentarios

Golfo -

Cada vez que dábamos una vuelta a la pista del PROSEgimnasio se oía un número de crujidos de cuello directamente proporcional al número de varones que había pasado ante las secretarias en ese momento. ¡Tangaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

El abuelo -

Por cierto, si las secretarias son parecidas a las de las fotos, estás de suerte, están que crujen (y no de viejas)

Golfo-san -

¿No he dicho que practico Jiujitsu desde 1992? Demasiados golpes en la cabeza me habrán hecho olvidarlo. Además, si hay músculos bien desarrollados en mi cuerpo son los de las muñecas... años y años de soledad y lujuria.

El abuelo -

Golfo, tendrás que aprender a caletar las muñecas antes de hacer un ejercicio de ese tipo. Pásate por un dojo de aikido, que seguro que te gusta ( por lo menos a mi las muñecas no me dolían y te puedo asegurar que me las doblaban a gusto)

Golfo -

Hola, PROSEcompañera, te doy la bienvenida al mundo de los blogs, blablablabla.
Te agradezco el comentario, dame tiempo para resumir dos intensivas semanas de PROSEcurso, a ver si para el Lunes...

Isabel -

Hola, soy tu compi de delante. (en el curso de prosegur, evidentemente). Y creo que se te ha olvidado mencionar, la clase tan instructiva que tuvimos para apagar un incendio. (Yo, y cualquiera de los que estabamos alli, seguro que lo \"apagamos sin problemas\".