Blogia
Me Cago En Mi Vida

¿Cómo seríamos si viviésemos en una teleserie estadounidense?

¿Cómo seríamos si viviésemos en una teleserie estadounidense?

Ha sido justo ayer cuando he tenido (frase de Pulp Fiction) lo que los alcohólicos llaman un momento de iluminación (analizando la frase supongo que se refiere a los reborned christians o como demonios se denomine al sector de la sociedad al que pertenece Mr.Bush Jr). Baby, Verdi  y yo desayunábamos normalmente cuando las tertulias e informativos de la televisión acabaron, y antes que ver a Ana Rosa y Maritere, ella demostró por qué es la dueña de mi mando a distancia y puso una de esas típicas teleseries estadounidenses de una familia que tal y cuál-tal y cuál. Entonces mis pupilas aumentaron su diámetro al máximo, me quedé pálido y con sudores fríos... era... como una luz: La idea más tonta que había paseado por mi mente en meses (y diariamente pasan unas cuántas). ¿Cómo serían nuestras vidas si viviésemos en una teleserie estadounidense?.

Probablemente no sea al primero al que se le ocurre esta pollez, de hecho Internet está lleno de textos del tipo ¿Y si...?, incluso hay libros de Ficción Histórica como el que me estoy leyendo ahora: Historia Virtual ¿Qué hubiera pasado si...? (Niall Ferguson, Ed. Comunicación y Publicaciones S.A., 1997). Cosas como ¿Y si la Triología del Señor de los Anillos se ajustara más a las partidas de Rol que a las novelas? o ¿Y si Matrix la hubiera dirigido Almodóvar?. El mundo está lleno de misterios para gente con demasiado tiempo libre, pero la idea de la teleserie norteamericana merece ser plasmada.

Por todos es sabido (o  por casi todos) que existe un producto cultural (o comunicacional... o yo qué sé qué término de Das Bunker aplicar a estas teleseries) que se basan en un formato standar para desarrollar con diversas variables de escaso interés y talento. Las teleseries familiares son un claro ejemplo de este caso:

Siempre hay una familia con entre dos y con ocho basta hijos (lo que llamaremos formato La Tribu de Los Brady), que tiene una enorme casa con jardín (cuyo césped es motivo de conflicto a la hora de cortarlo), con una mascota (generalmente un perro, porque las tarántulas son menos fotogénicas y más difíciles de querer). Siempre hay graves crisis que acaban por superarse en un episodio de 30 minutos (o quizá en dos episodios, como cuando Papá Comandante fue a hacer surf a Panamá con la excusa de la invasión), un vecino gorrón tipo Señor Armonía, y demás gansadas por el estilo.  He aquí cómo sería mi vida en una serie de Televisión. La lista es larga, por ahora sólo se me ha ocurrido ésto, pero prometo añadir más lás próximas semanas:

- Baby y yo estaríamos casados, probablemente en Las Vegas y por un Reverendo protestante vestido de Elvis

- Si algún vecino se queja de lo poco que gana acabaría muriendo en un accidente, mudándose a Oregón (o a cualquier otro lugar que no apareciese en la serie)... o sobreviviría al accidente, pero le cambiaría la cara y el físico completamente.

- Nuestra casa sería gigantesca, con un enorme césped, pero construida con madera, por si viene un huracán, para  poder hacer un episodio especial: Cómo viven los Sin techo y los Sin Seguro.

- Verdi hablaría y se luciría en cada episodio contando un chiste, pero se llamaría Earl.

- Nuestro casero Félix sería un compañero de Vietnam, o del Golfo (Pérsico), que no ha superado el trauma policial de tener que disparar a un niño que le apuntó con un arma de juguete

- Cada mañana, José, el kioskero, aparecería por la puerta sin avisar y se sentaría con nosotros a desayunar huevos con bacon.

- El Gurú sería ese entrañable motero que trata de olvidar las matanzas de civiles que cometió en Vietnam, e iría a todos lados con su Blue 44 de la suerte ( ...Hey Joe!... )

- El Abuelo recibiría nuestras visitas cada Domingo... en el asilo donde le hemos ingresado para su confort y bienestar.

- En la puerta de nuestro porche (no, no es un coche... conduciríamos un Ford cada uno desde los 16 años) ondearía la bandera gringa.

- Chus se llamaría Waldo Faldo, y con su sueldo tendría una pedazo de casa como la mía. Al llegar el huracán, nos veríamos en el refugio para damnificados habilitado ad hoc y contaríamos historias del Instituto. También sería un seductor adicto a las mujeres y a los romances de corta duración. su lema sería Si Dios quería que las dejase en paz ¿Por qué me hizo tan salido?

- Máquina de Matar sería el Sheriff con gafas de espejo que diariamente expulsa del pueblo a decenas de jipis barbudos y demás personas de mal vivir, hasta que uno de ellos (veterano Boina Verde) volviese, incendiase seis gasolineras, arrasase la pequeña ciudad en que vivimos, robase nuestras armas (constitucionalmente compradas y portadas), se pitorrease de la Guardia Nacional y fuese finalmente detenido y condenado a diez perpetuas de trabajos forzados, para ser indultado al par de meses a cambio de infiltrarse en Vietnam y tomar fotos de los campos de prisioneros.

- Máquina, además, se llamaría J.W. Pepper (el sheriff palurdo de Louisiana de las pelis de James Bond), mascaría tabaco y daría constantes avisos a la CIA de que una banda de rusos negros invade los canales anexos a la ciudad.  (Si le pones al Máquina un sombrero es clavado)

- Todos iríamos despues del trabajo (porque todos tendríamos trabajo) a la Taberna de M(oe)iguel a bebernos enormes tazas de café sólo y sin azúcar.

- Los años durarían nueve meses, si a alguien se le ocurriese que deben durar tres meses más, repetiríamos los días durante la temporada de verano de la cadena.

- Una vez cada nueve meses sería Navidad, y todos lo viviríamos de un modo tan apasionado que haríamos un episodio especial de treinta minutos (al final del cual desearíamos a la audiencia Felices Fiestas)

- Otra vez cada nueve meses, sería Halloween, e iríamos como críos a pedir golosinas casa por casa. Ocurriría algo tan impactante y traumático (digamos un asesinato) que lo resolveríamos en media horita.

- Una vez cada nueve meses nos reuniríamos todos en el salón de casa para rememorar un refrito de los mejores momentos de nuestras vidas.

- Los pandilleros del barrio no serían gitanos, ni tan siquiera sudamericanos: Serían negros.

- En el caso de que nosotros fuésemos negros, los pandilleros serían blancos de clase media, neonazis, que nos culpan de que su padre no tenga trabajo, de que haya muerto en acto de servicio o algo de eso.

- Incluso otra vez (cada nueve meses) dedicaríamos otra valiosa media horita a reflexionar sobre el sinsentido del racismo imperante en nuestro amado país, sin llegar a ninguna conclusión ni solucionarlo, aplicando la consabida teoría de la Política del Burger King al guión del episodio (sólo si fuésemos negros).

- Si fuesemos negros, el personaje tonto y encantador al que nos unen lazos de amistad compasiva (o un lejano lazo familiar) sería blanco.

- Si fuésemos blancos, dicho personaje no  séría negro EN NINGÚN CASO (o volveríamos con todo el equipo que realiza la serie al refugio para Sin techo/sin seguro antes comentado).

- El comportamiento del hijo de puta molesto que pasa con una moto trucada y sin silenciador bajo mi ventana a las tres de la madrugada se explicaría por su baja extracción social, por sus problemas para encontrar empleo y por haber tenido una infancia difícil en un ghetto del extraradio.   

- En el extraño caso de que me diese por tomar cerveza, al entrar en la Taberna de M(oe)iguel, saludaría a los parroquianos con un ¡Hola a todos!, y ellos responderían ¡Golfoooooooooooo!

- Cualquier vicisitud sanitaria de Verdi (digamos parásitos o que se le cae un diente de leche) sería tan importante para el barrio como, por ejemplo, si a un vecino se le quemara la casa hasta los cimientos y tuviese que mudarse al refugio de los sin techo/sin seguro... sito en el gimnasio del Instituto local.

- El canódromo de Carabanchel, sería en realidad el Instituto local (ahora que me acuerdo). Por alguna razón extraña, Verdi habría participado en las carreras de galgos de dicho Instituto. Le conoceríamos y adoptaríamos en un episodio de Navidad, en el que se nos ocurriese la genial idea de jugarnos el dinero de los regalos apostando por él, tras perderlo todo, Verdi se convertiría en el regalo de esas Navidades.

- Cada vez que Verdi se lamiera las pelotillas sonaría un ¡Oooooooooooooh! de fondo, para que los teleespectadores comprendiesen que se trata de un acto encantador.

- Cada vez que se nos ocurriera algo que decir o que escribiese algo en este blog, sonarían risas de caja.

- Si se me ocurriese besar a Baby sonarían muchos chillidos de adolescentes para dar a entender que ese acto es muy sexy y tiene que ver con el mundo de las relaciones de pareja entre jóvenes.

- La madre de Baby nos visitaría un par de veces cada nueve meses, pero preparía especialidades culinarias de su Montana natal.

- Mi madre no aparecería, pero se dejaría claro que vive en Hawaii.

- Mi vecino Luisito y su hermano admirarían a Hitler, y odiarían a los negros, judíos e hispanos, pero eso sí: Amarían a nuestor amado país. En su bandera gringa en lugar de cincuenta estrellas (cincuenta y una con Canadá, cincuenta y dos con Panamá y cincuenta y tantas con Puerto Rico, Guam, Filipinas y demás dependencias del Pacífico) habría una esvástica.

- En caso de ser negros, Luisito y su hermano serían panteras negras, y darían la brasa a diario con su grito muerte al hombre blanco, y en su bandera lo que habría en lugar de estrellas sería un puño negro cerrado.

- Por circunstancias extraordinarias, gran parte del barrio querría boicotear el cava y demás productos Californianos, circularían inocentes listas de productos californianos a boicotear, y su producto sustitutivo, originario de cualquier otro lugar de la Verdadera América.

- En el caso de habernos divorciado, Verdi sería alcohólico desde temprana edad, pero una maravillosa persona, y tendría una hermana adolescente con problemas para encontrar al chico ideal. Baby y yo no habríamos dejado de querernos, pero ella se iría con un jugador de fútbol americano y yo con una modelo rubia de grandes tetas (posiblemente californiana) que destaca por su oculta y brillante inteligencia.

 

 

 

2 comentarios

Golfo -

¡Ups! y tanto que te pareces, has tardado sólo tres horas en poner un comentario, cómo echo de menos eso de recibir tus réplicas nada mas darle al botón de publicar ;)

Saludos, dominaremos la Galaxia.... eeeeh y reinará la paz.

El abuelo -

Cualquier día salgo del asilo y te deré con el bastón en la cabeza (siempre he querido ser como Abbe Simpson).

Por cierto, siempre estás a tiempo de comprar dos billetes a Las Vegas y que os case Elvis.

Un saludo...