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Me Cago En Mi Vida

28 Días después

28 Días después Golfo es imbécil: Es mi sesuda conclusión después de un estudio de 28 días con sus respectivas noches.
Durante casi un mes, me ha engañado, creándome esperanzas de poseer (sin saberlo) el arma definitiva que me permitiría dominar el mundo. No, no me refiero a que los gatos dominemos el mundo (eso ya lo hacemos), sino que YO DOMINARÉ LAS CENIZAS QUE QUEDEN DE ESTE MÍSERO PLANETA. ¡Uajajajajaja!.

Todo comenzó con mi cambio de estratgia habitual. El plan para volver locos a Baby y Golfo haciendo que confundiesen sus géneros (lo que me llevó a lamer los pezones de Golfo y a tratarla a ella a mordiscos como si fuera un macho) había fracasado, así que empecé una campaña de hostigamiento a todos los niveles (a todos a los que puede llegar un gatito que ya tiene cuatro meses): Arañazos y mordiscos para ambos, a ser posible en puntos vitales (que he tenido que ir averiguando poco a poco a base de probar en un lado y otro). Incluso un día, viendo algo en Internet, se desplomó como una secuoya canadiense, y tras tratar de ablandar la carne de su cara(para luego devorarla) él creyó que trataba de animarle.
La estrategia del asalto en caída vertical (sobre los cojones de Golfo) no ha dado malos resultados, de hecho ha habido un 100% de acierto (que vayan aprendiendo los pilotos de la OTAN), pero una vez más fuerzas poderosas (probablemente dos Coroneles chinos) conspiran contra mí: ¡Me han hecho creer que poseía en mi mordedura un arma biológica!

Teoría del Gatito-Zombi o Gatito-Vampiro

No he logrado decidirme si, para inspirar terror en las masas, es mejor beber sangre o que devorar cerebros, así que lo dejo a gusto del lector. El caso es que andaba yo hace unos días inmerso en mi campaña de mordisqueo sistemático, tocando el teclado del ordenador para sabotear las actividades de este mastuerzo (no sólo apretar Esc en el peor momento, sino también probocarle faltas de ortografía horrendas), cuando montó en cólera y me levantó con sus zarpas de modo amenazante. Como represalia hacia mi natural y justa conducta, El Energúmeno me empezó a morder como si tratara de cenar Oreja de Gato. Evidentemente yo me defendí, pero lo divertido fue cuando en mitad de la trifulca Baby entró por la puerta de la calle (venía de trabajar) y contempló horripilada como el Estúpido Mamífero Antropoide trataba de devorar a un inocente gatito con enormes y llorosos ojitos verdes... (lo sé soy un asco, pero me encanta hacerlo).

El Capullo insensible se llevó la bronca de su vida: A grito pelado ella le recriminaba que respondiera de forma violenta a los juegos de un inocente cachorro (creo que hice bien en golpear a Baby en la cabeza días antes... hago de ella lo que quiero), todo iba viento en popa, cuando probablemente algo de mi saliva entró en contacto con su sangre y comenzó la reacción en cadena.

Desconocía el efecto del virus, pero al parecer provocaba una especie de hibridación entre el Gato y la especie inferior a la que mordiese, porque GOLFO EMPEZÓ A COMPORTARSE COMO UN FELINO, y no lo digo porque se moviese de forma ágil o porque sus ojos pudiesen ver en la casi absoluta oscuridad; comenzó a ronronear y a restregarse contra Baby, que estaba tan atónita como yo (en ella es normal, pero se supone que yo lo tengo todo controlado). Ella trató de devolverlo a su estado normal (y ya le vale, porque es más pesado que el PLOMO) pero lo peor vino cuando le dijo:

Algún día echarás de menos los tiempos en los que Verdi era un cachorrito juguetón... en realidad deberían echar de menos los días en los que Verdi no había esclavizado al mundo, pero mi corrección conceptual se vio interrumpida por otro secuestro de esos tan típicos (los de te cojo en brazos sin consultarte) me estrechó contra su pecho vibrante (aun ronroneaba)... Y ME LAMIÓ. ¡JODER QUE ASCO! ¿SABÉIS LO QUE SIGNIFICA QUE UNA FORMA DE VIDA BASADA EN EL CARBONO Y QUE HA EVOLUCIONADO DESDE EL CERDO TE LAMA EL COGOTE DEJÁNDOTELO LLENO DE BABAS? ¡JODER, ACABABA DE LIMPIARLO! ¡IMAGÍNATE LA DE ENFERMEDADES QUE PUEDE TRANSMITIRME ESTE TIPO!. Te sonará raro, dado que el gato soy yo (gato, no mascota... ¡GATO!), pero es porque, ávido lector, aun no te has dado cuenta de quién pertenece a lea especie superior.

Mi investigación se prolongó durante 28 días, incluso traté de compararla con sujetos de control, como el Chihuahua de la foto, que es como el de Chus pero en marrón; y que por ser más pequeño (y probablemente más estupido... lo que conmparado con Golfo es bastante) tardó menos en espicharla por hambre. Durante 28 días, el capullo de Golfo dormía, se limpiaba, hacía sus necesidades y jugaba conmigo a diario. ¡Joder! ¡Incluso llegó a comerse mis Friskies! ¡Y se supone que soy yo quien debe hurar en la comida de los demás!.

Estaba ante el descubrimiento definitivo: Un microbio cuya difusión me permitiría no sólo someter a los millones de humanos y animales del planeta con un mínimo esfuerzo (el tiempo estimado de campaña no superaba un año), sino que además crearía incontables legiones de esclavos que estarían a mi servicio en el nuevo y refundado planeta FELINIA (Población: Un gatito y diez mil millones de zombis). Sin embargo, como todos los sueños agradables, desperté descorazonado. Justo 28 días después el Sujeto G (...olfo) decidión retomar su comportamiento normal, si es que puede llamarse normal a lo que hace), y con mi gozo en un pozo, decidí recluirme en mi cestita para urdir una nueva estrategia de dominación.

Se acerca el Día V, pronto (aun sin mi mordisco zombi) descubriréis que on vivís en el apogeo de vuestra civilización, sino en los últimos coletazos de vuestra especie.

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