Esta sí que ha sido la mañana de hoy

Querido Diario: ¿Qué puede haber peor que, después de pasar una noche escribiendo los artículos para actualizar el blog, y ver un documental sobre la comunidad de cameruneses que desea saltar la Valla de Ceuta, te despierte el móvil a las nueve de la mañana: “Soy yo (el Máquina) que estoy donde Jose”?.

Bajar, pillar el periódico y El Jueves (que hoy trae unos calzoncillos de Torrente3 que me quedan metrosexualmente ajustadetes) e ir directamente a la Parroquia (Tres Columnas) porque Máquina y Ciego ya están allí desayunando. Café, monólogo del “Segurador” sobre lo de puta madre que se está de segurata en una gasolinera de Las Rozas (zona pija) donde no paga nada y se echa las noches de cháchara con el gasolinera de turno. La primera ronda transcurre con el campeón vanagloriándose de las bondades de ser segurata de EULEN (los de la empresa que dejaron morir a aquel hijo de una eurodiputada del PSOE porque le confundieron con un toxicómano), cuando llega Baby. Hasta entonces Máquina se vanagloriaba (muy bíblico, tardarán unas semanas en putearle, si no al tiempo…) y yo le pinchaba imitando al personaje de Gabino Diego en “Torrente 2”, saga que el gordinflón odia (quizá porque se ve retratado).

Otra ronda de cafés y maratón de jugar a los chinos (que ya me tenían hartito con el continuado “Saca las perras”… todo el puto mes pasado así para que jugase con ellos… así les enseño a hacer trampas).

Miguel se ha ganado esta mañana otro sitio en el Blog, con una frase gloriosa: “El Eclipse ha jodido muy bien a los de izquierdas… para verlo han tenido que ponerse Cara al Sol” (facha… pero original, digo yo).

Cuando volvemos (tras una partida a cuatro y tres revanchas), bronca del Quiosquero por retener al Ciego, que no vendía cupones, sino que andaba enganchado a los chinos, y en mi mente otro chiste del Miguelón sobre cómo llaman a los que saltan la Verja de Melilla… algo relacionado con alguna tradición de pueblo manchego, gente que salta una verja para sacar a la Virgen en procesión. Se ve que hoy nos hemos levantado encantadores.

En fin, recemos para que no se repita. Voy a ponerme los calzoncillos de Torrente para saludar al “Cagador de Oporto”, antes de que el Quiosquero le pida a Baby una foto suya vestida sólo con los mismos.