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Me Cago En Mi Vida

Crónicas Murcianas

DÉJÀ VU

 

Lo de las alertas sanitarias puede llegar a dar mucho juego pese a ser un tema, a priori, sin maldita gracia. La creación y promoción de “enfermedades de moda” y la aplicación de la máxima de “Si cree que lo tiene es que lo tiene”, popularizada por aquel glorioso episodio de Dilbert“El síndrome del cubículo crónico” –así como las facilidades de una sociedad globalizada, permiten que un individuo, en este caso nuestro “adolescente de treinta años favorito”, pueda crear una situación de caos tan enrevesada que sólo puede solventarse con la más sencilla y tradicional de las soluciones.

Las situaciones cómicas suelen tener un origen bastante rutinario. Podría decirse que comienzan por un “Todo empezó un día totalmente normal… uno de esos días en los que te dices que no va a pasar nada y…” y de repente una gigantesca ola de acontecimientos raros se nos lleva por delante.

 

Digamos que un día vulgar y corriente, uno de esos días en los que un cree que no va a ocurrir nada, oigo el Murcifono (el móvil de Murci) y este pinocho del siglo XXI se encierra en el WC a hablar. Es algo que no suele hacer, por lo que pienso que buscaba algo de intimidad para una conversación personal. La típica conversación personal a gritos que se escucha desde la calle.

 

“Si cree que lo tiene es que lo tiene”

 

Todos tenemos en mente lo que significa el concepto “dejà vu”, esa sensación de estar viviendo una experiencia que se ha vivido antes. Pues digamos que yo convivo con esa sensación constantemente. Sobretodo cuando llega el frío y Murci arde en fiebre, tose como si tuviese tuberculosis y, por alguna razón, no falta al trabajo… a ese trabajo en contacto con alimentos que tiene.

Tampoco dejó de salir de juerga ni, mucho menos, de quedarse parado, inmóvil, de pie frente a la tele cada vez que ve algo relacionado con la imagen en movimiento o los colores brillantes.

 

Sí. Esto lo he vivido yo antes. Una vez al año más o menos durante los últimos diez.

 

“He tenido Gripe A y no ha sido para tanto”

 

 

Sí. Eso ha sido más o menos lo que nuestro querido “niño de verdad” le ha soltado a su pobre madre, que sólo llamaba para ver qué tal estaba. Tócate las narices. ¿Y cómo ha llegado nuestro querido ‘académico del panocho’ a tal conclusión? Pues con un concienzudo análisis de los síntomas padecidos:

 

-         Fiebre alta

-         Tos del tipo “pronto morirá”

-         Debilidad generalizada (pese a que parece sufrirla constantemente)

 

Y punto. ¿Ir al médico? ¡Eso es de maricas! Se diría nuestro querido murciano. (En realidad se diría: “¿Í ar méico? ¡Ejo é de maricone!”) Principalmente cuando la manera de saber si se tiene Gripe A y no Gripe estacional, o sencillamente un resfriado de veinte pares de narices es ir al médico y someterse a unos análisis. Eso y que, ya puestos, había comenzado toda una campaña masiva de comunicación… de comunicación a sus amistades acerca de que había padecido la enfermedad de moda y la había superado gracias a su superior predisposición genética, y a los remedios caseros. Como Chris Elliot en aquel episodio de “Búscate la Vida” en el que decide tratarse una amigdalitis por sus propios medios.

 

¡Nong! ¡Nong! ¡Noooooong!

 

La historia se complica cuando la preocupada madre decide personarse en Madrid para cuidar de su hijo. Algo que haría cualquier madre. Principalmente cuando le ha dicho a su pequeño retoño de treinta años que, en el pueblo, los lugareños se denuncian entre sí por contagiarse de Gripe A.

 

 

Resultaría algo del todo normal si no fuese porque, nuestro querido “monito de Estallido” (el que propaga la plaga por EE.UU. ese de la perillita blanca) al ser preguntado sobre lo mal que lo debe estar pasando en la gran ciudad, alejado de los suyos, suele responder: “Nong, micagoendió, et-toy de puta madre, pe’o no ze lo digái a mi mama, no zea que mebligue a vorvé”

 

¿Lo positivo? Que nuestra querida mascota se ha puesto a limpiar como un poseso (poseído por Mr.Propper), lo que ha incluido la ocultación de su ordenador portátil, de montañas de videojuegos de segunda mano y de toneladas de porno.

 

“La Hit-toria de mi vía”

 

 

Y nunca visto el berrinche que se pilló cuando le dijimos que, probablemente, no había padecido la enfermedad de moda, sino un vulgar resfriado de cojones, agravado por unas condiciones de vida insalubres, negligencia a la hora de cuidarse, y su fe ilimitada en dos productos milagro (nada que ver con el Tamiflú): Sopas de sobre y jarabe para la tos.

 

Ante tal situación, y a la espera de la llegada de la señora, sólo podemos proponer a nuestra mascota humana sacar provecho económico, en esta situación de crisis que nos ha tocado vivir, de su lamentable estado de salud. Desde Golfomedia, proponemos a Murci la creación de una página web en la que cuente al mundo su heroica hazaña, su historia de superación personal, y, de paso, que venda algún tipo de producto, al mejor estilo de los crecepelos caseros de la América profunda. Sólo necesitará una chaqueta a rayas blancas y rojas, un sombrero de paja y una cara más dura que el cemento armado.

 

Por lo menos, esta vez no le ha puesto nombre.

... Y MURCI TENÍA RAZÓN...

Por fin mi ’compañero de piso-mascota’ ha dado con la solución para sus problemas de encontrar pareja.

¡No tiene que ser más limpio! ¡Sólo tiene que ser él mismo!...

Justo lo que dice en todos los libros de auto-auyda:

 

ALEMANIA | Refomó la casa por higiene

Se divorcia porque su marido era un auténtico neurótico de la limpieza

Efe | Berlín

 miércoles 01/04/2009

La obsesión por la limpieza de un albañil alemán, que además se pasaba el día poniendo orden, recogiendo la casa y moviendo muebles ha hecho que su esposa le deje plantado y pida el divorcio tras 15 años de matrimonio.

Christian Kropp, juez de familia de la localidad alemana de Sondershausen, al este del país, ha declarado que nunca había visto un caso igual en su larga carrera como mediador en conflictos de pareja.

La esposa no aguantaba más que su marido se inmiscuyese permanentemente en las labores del hogar y que asumiera obsesivamente las tareas de limpieza.

La gota que colmó el vaso llegó al parecer hace algo más de dos años cuando, al regreso de un largo viaje, la esposa se encontró con que el marido había redecorado completamente la sala, derribado un tabique y levantado una nueva pared sin consultarle.

Durante el proceso de divorcio, el hombre argumentó que detrás de un armario surgía mal olor y que al mover el mueble comprobó que la pared estaba enmohecida, por lo que tiró los muebles, derribó la pared y redecoró toda la sala.

La esposa indignada obtuvo el divorcio deseado, dijo Kropp, entre otras cosas porque la pareja se había puesto de acuerdo en el reparto de las rentas y había estado oficialmente separada durante el último año.

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/04/01/internacional/1238582666.html

ME LLAMO ACHÚS

ME LLAMO ACHÚS

Llevo cinco duras semanas permaneciendo puro, inmaculado, virgen a los deseos invasores de la naturaleza. Nada que ver con el sexo, una vez más, sólo parece que me haya librado de lo que Murci –ese vector de enfermedades- denomina la plaga.

Hace cuatro semanas Baby se resfrió. Tosió, estornudó, tuvo fiebre, faltó un día al trabajo y, finalmente, se recuperó. Pero la plaga prefirió mudarse e infectó al Gurú (algo que debería hacerme sospechar)

El Gurú se resfrió hace tres semanas. Estornudó, tosió, parecía tener fiebre... no faltó al trabajo porque le habían echado antes de su resfriado.

Noches y más noches, su catarro agravó sus ronquidos (vibraba incluso el sofá) pero, pasado un tiempo, logró superarlo. Pero la plaga es inteligente, y encontró a alguien que es un auténtico caldo de cultivo para su supervivencia y perpetuación, una casa en la colina donde criar a sus hijos y su ganado. El lugar perfecto para jubilarse. Infectó a Murci.

Murci lleva dos semanas tosiendo como si tuviese tuberculosis, estornudando en estéreo... y al parecer le encanta. No ha faltado un sólo día a ninguno de sus dos trabajos porque parece haber llegado a un acuerdo con su resfriado. Reparte pizzas entre semana –con su propia moto La Indomable-, sale de marcha hasta la madrugada prácticamente a diario porque, como él mismo dice, “nadie ni nada le va a quitar eso”; su habitación se sigue pareciendo a los muelles de cualquier pequeña ciudad portuaria antes de la revolución industrial (los insectos, arácnidos y pequeños sucios mamíferos siguen huyendo de su cuarto por lo sucio que está) y hay algo en su tos que me hace sonreír:

-    ¡TJO-TJO-TJO-TJO-TJONG!
-    Sí. Pronto morirá


Ya estaba preparando el lanzallamas para purificar su habitación, pensando en cuando no esté entre nosotros, cuando mis planes fueron frustrados por información de inteligencia de primera mano. En particular, información que él mismo me suministró.

-    Trah tré semanah acatarrao ya he’echo güenas migas con mirresfriao
-    ¿Mande?
-    Lo he’adoptao. Incluso le he puetto nombre. Le llamo “Achús


Luego me dicen que soy cruel por decir que Verdi es el compañero de piso y Murci sólo mi mascota.

-    ¿Le hablas a tu resfriado?
-    Mejó ¡Él me habla a mí!
-    Pues podrías haberle puesto un nombre de mujer...


Así va esto. Murci habla con su resfriado y yo sigo una estricta dieta de naranjas (kilos y kilos... como en los ejemplos de los diccionarios de inglés) en un intento de que La plaga no me afecte.



Me pregunto qué hará cuando pille piojos.

LA TRANCA

LA TRANCA

 

En ocasiones una historia terriblemente trágica se convierte en una historia terriblemente divertida. Supongo que tiene que ver con la forma de contarla (y por supuesto con el narrador) Le propongo al lector que examine la siguiente: La historia de un transexual en el entorno rural. Y cómo esta tragedia de adaptación y de cómo una persona se encuentra a sí misma, contada por Murci, pasa a convertirse en una historia divertida.

Hay que empezar hablando de los apodos en el entorno rural. Apodos que se asignan a un ciudadano en un momento dado de su vida por una razón anecdótica, y que perdura generación tras generación, heredado por sus hijas e hijos hasta que, por matrimonio, se juntan dos familias y sobrevive el mote más gracioso.

Po ejemplo, uno de mi’ agüeloh le llamaban "Juan er’de loh mellizo" po’que tuvo doh mellizoh. Lo má gracioso eh que no se llamaba Pepe, zino Víctor. Mi otro agüelo era "Paco er’ Tomatera" po’que plantaba tomaterah. Azín que zobrevivió er mote má gracioso.

(NOTA: Si esta entrada recibe los suficientes comentarios de personas que no entienden la trascripción de la forma de hablar de Murci, prometo volver a publicarla íntegramente en castellano normal)

Hay un vecino en mi pedanía que le llaman "Pepe er’Mosquito". No ze zabe po’qué. El hecho e’ que hace unoh añoh, vino un cartero a trael’le una carta y le preguntó a un zagal llamando ar Mosquito po’ su nombre y apellidoh. Er niño no tenía ni idea. Entonceh er cartero le añadió que, a et’te hombre le llamaban "er’ Mosquito", y er zagá rep’pondió: ¡ANDÁ ZI E’ MI PADRE!

Volvamos al drama de un transexual en el entorno rural, una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, a su vez atrapado en una pedanía cercana a un pequeño municipio de la Región de Murcia:

Pueh hay una familia en mi pedanía que le llaman “Los Trancos”. No ze zabe po’qué (zupongo que cosah de la mili) Er cazo e’ que ziempre había zío como mú afeminao. Rezultó que hace un pa’ de añoh ze’mpadronó en Pulpí (Almería) pa’ que la comunidá autónoma le pagara la operación, y vorvió a la pedanía como Purificación. "PURIFICACIÓN LA TRANCA”.


Como se puede apreciar en el relato (más o menos) los apodos populares sobreviven al paso de las generaciones. Ya es casualidad que en una familia que ha recibido el apodo de “Los Trancos” surja, generaciones después, un varón que decide cambiarse de sexo, con el resultado que usted (más o menos) ha podido leer. Lo más parecido que he vivido yo es conocer a un tendero llamado León Arnaldo al que todo el mundo llamaba Leonardo. Por suerte, a su hijo primogénito le llamaron “Leonardito” (pese a llamarse Miguel) porque la alternativa por parte de madre (Josefa) era ser conocido como “Fefito”.

A "PurificaciónLa tranca” la operación le zalió grati, pero lah tetah ze lah pagó arrimándose a loh paisanoh en er Bar Verde, que le llaman azín po’que todo lo bare de la zona tienen er cartel de Coca Cola, y et’te lo tiene de “Esprai” (Nota del traductor: quiso decir “Sprite”) Arremáh der carté, er Bar verde e’ er puticlú máh conocío de la zona. Frecuentao por paizano de’de toa la vida.

Ahora creo que vive como peluquera pe’o no m’agái mucho cazo.

Adelantándome a futuras críticas (y siempre recordando al cabreado lector que existe un formulario estándar en este blog para cuando tengo que pedir disculpas) sólo quiero incidir en que esta historia va de apodos. Apodos de pueblo. Y de como una historia trágica puede convertirse en divertida si el narrador colabora (aunque sea de manera involuntaria) y que, al convivir con Murci, pienso que debería dejar mi trabajo y dedicarme a escribir constantemente, todo el día. Nunca se sabe cuándo va a surgir otra crónica murciana.

UN AMIGO GAY

UN AMIGO GAY

A Baby le ha dado por ser moderna. Y no me refiero a llevar el pelo corto, a escuchar rock duro o a practicar deportes de riesgo, no. Eso ya lo hacía antes de querer ser moderna. Lo que Baby exige ahora es un amigo gay. Alguien glamuroso, con estilo y amaneramiento en sus gestos que la lleve a lo que ella denomina sitios guays (en realidad sigo creyendo que quiso decir sitios gays... peor ella pronunció una “U”)

El caso es que está muy atareada con esto de trabajar en una gran compañía multinacional, por lo que no tiene tiempo de salir por Chueca con sus amigas para conocer gays, ni para trastear por la red en busca de entendedores que la entiendan (y con entendedores me refiero a entendedores-macho) razón por la cual se ha fijado en el elemento varón más cercano con un comportamiento heterosexual menos activo. Y el Gurú da gracias a los dioses por no haber estado en casa en ese momento.

 

¿Zabéi a quién l’ha tocadong?

 

Exacto. Baby quiere que Murci sea su amigo homosexual. Es su última ida de pinza. Y eso que he tratado de quitarle esa idea de la cabeza a base de tópicos:

 

Gay Típico

Murci

Pulcro, extremadamente limpio

Los bichos huyen de su habitación por lo sucia que está. Su única razón para ducharse una vez a la semana (y sale a correr todos los días... ¡Por lo menos he conseguido que no se bañe!) es lo que él llama “Gastar el agua de Aragón”

Refinado en sus maneras

Puede parecerlo cuando no eructa, se pellizca los granos o se saca los mocos en público y de manera inconsciente

Muy educado al hablar

¡Me cago’n diosss! ¡Cuánta’ vece tengo que decitte que no me atosigueh con sa’ P-P-P-Puta gilipollé!

Culto (al menos en cosas gays como la literatura, la pintura o la danza)

¿Mandeng?

Fundamentalmente urbanita

Más de pueblo que el buen embutido

 

Pero cuando a Baby se le mete algo en la cabeza generalmente se cumple, aunque tenga que ganarte por cansancio. ¡Así lograron los

búlgaros dominar tres mares! Así que ya veo a Murci vestido con prendas ceñidas, de diseño... llevando una idílica relación con su madre,

bailando bien, y por supuesto... por supuesto fijándose en los cachas, los chulazos, los leñadores y los de aspecto aniñado.

 

 

Sólo añadir que mi sugerencia de buscar ayuda profesional para convertir a Murci en una auténtica reinona del desierto fue calificada inmediatamente

como nazi y homófoba... ¿Mi idea? ¡Entregarlo a manos de César Millán (el del programa "El encantador de perros") para que convierta a nuestro

agreste murciano en todo un apolíneo seductor para quienes prefieren el plátano al fruto de la higuera.

 

Al fin y al cabo, Murci es mi mascota.

LA 7 COÑOS

LA 7 COÑOS  

Escribo estas líneas aun traumatizado tras la cena-cogorza de fin de año que tuvimos en casa la noche del 31. Los teléfonos no paraban de sonar, todo felicitaciones, cuando de repente sonó el Murcifono.

- ¿Zing? ¿Digameng?

Tras escucharse unas palabras de felicitación, y la típica respuesta educada del caballeroso niño de verdad, tapó con sus manazas lo que parecía un minúsculo móvil, un pedazo de ladrillo... ¡Un auténtico sillar de la tecnología! Para aclararnos que su interlocutora no era su amada repartidora de pizzas, una francesita (mejor francesota) llamada Carol, a la que nuestro Ilustre denomina (haciendo gala de su inexistente acento gabacho) Cagón.

- Nong, hé la novia de mi hermano... una tía de ziete coños

No. Me niego a interpretar manchas de tinta para superar este trauma. Ya imaginaba a un cuasimurci (algo más joven) abrazado a un monstruo hentai, todo tentáculos y vulvas, de los que te devoran a bocados después de un polvete, cuando este sabio de la huerta decidió ilustrarnos sobre el significado de dicho murcianismo:

- É er equisitante (quiso decir equivalente... lo sé) d´un "hijo de la polla roja" (tradúzcase como niño pijo) pero´n tía.

Tremendo el niño. ¡Y que quieran inventarse un lenguaje tipo SMS cuando aun no entendemos qué coño tratan de decirnos algunos elementos como Murci!

LOS CALZONCILLOS DE COMBATE

LOS CALZONCILLOS DE COMBATE  

Ya decía mi madre que la convivencia no es fácil. Puede que conozcas a una persona desde hace años y nunca dejará de sorprenderte. Sorprenderte y aterrorizarte. No poder utilizar un tendedero durante semanas porque tus compañeros de piso han decidido colgar su ropa y dejarla ahí durante días puede parecer algo cotidiano en los pisos de estudiante. Cuando tu ropa blanca se convierte en una serie de conjuntos entre beige y verde oliva debido a la humedad, porque no puede secarse al aire, o cuando acaba oliendo a fritanga porque no hay sitio donde colgarla en el interior; siempre debido al atasco de ropa perenne en el tendedero, comprendes que ha llegado la hora de madurar, de crecer. De asumir responsabilidades, de pagar la hipoteca... y sobretodo de buscarse una casa donde no estén ese par de guarros.

Quiero centrarme en la ropa de sólo uno de ellos. De la ropa de quien tiene una sección en este blog para él sólo. Se trata del único hombre del mundo cuyos calzoncillos pueden colgar HACIA ARRIBA. Se trata de una sofisticada técnica anti-gravedad por la cual, la ropa queda tan acartonada que es capaz de desafiar al viento e incluso a la gravedad. Hablo de Murci y sus calzoncillos de combate.

No me malentendáis, el chico también cuenta con unos calcetines-boomerang, con camisas antibala (si se pudiese entrar dentro porque se trata de un blindaje realmente rígido) y hasta una manta de destrucción masiva. Si Saddam hubiese levantado la cabeza habría pensado que fue una estupidez fabricar gas mostaza e intentar tener La Bomba. Bastaba con contratar a Murci para hacerle la colada y ¡Pobres norteamericanos!

Tanto me cansé de ver esas piedras con forma de prenda colgadas de mi tendedero que pensé en quitar las pinzas y dejar que cayesen grácilmente al patio interior. Claro que mi sentido cívico me hizo pensar en los daños colaterales: En la pobre limpiadora de la comunidad que podría resultar herida, en el carrito de niño del vecino, que quedaría siniestro total, en una bicicleta que quedaría como si hubiese recorrido la autopista de la muerte. No fui capaz de descolgarlas... y Murci fue tan cabrón que retiró su ropa antes de que pudiese hacer una foto que compartir con vosotros. 

VIEJOS CAMARADAS

VIEJOS CAMARADAS

Estaba hace un par de días tirado en mi sofá, caliente cerveza ante mis ojos soñolientos, tras quedarme transpuesto viendo 007 contra el Dr. No, cuando descubrí la verdad de una de las Murcianécdotas más gloriosas de la Historia: Una película en la que salía su pueblo (o pedanía... o lo que sea el lugar de donde salió tan singular personaje que inspira estas líneas). 

La Historia comienza cuando, viviendo él en una especie de comuna hippie en el centro de Madrid, una noche de pedo (es decir una noche cualquiera) en la tele apareció un avión que trataba de parecer un MIG (en realidad el típico F5 Tiger salido de planos sobrantes de Top Gun... ese negro con una estrella roja en la cola) volando un edificio que resultaba familiar a la memoria de pez de nuestro niño de madera preferido. El reactor lanzaba un misil que volaba en pedazos una presunta fábrica de armas químicas poblada por extraños cubano-mejicanos liderados por un tipo gordo y con perilla, y que recibía la visita de una especie de General de las Tropas Navales del Imperio Galáctico (rebuscada referencia para mayor gozo de los freaks de Star Wars) y que decía venir de China, o Corea del Norte o de otro malvado país comunista. La clave era la localización del malvado edificio: LORCA, ESPAÑA.

El prota de la peli pierde a su hermano en una incursión de comandos para señalar el blanco al avioncito (que digo yo ¿Cómo coño llegó hasta ahí?) y resultaba ser un soldado ruso. Ver esta peli junto a Murci es toda una experiencia. Sobretodo por tratarse él de alguien que se aprende los títulos de los telefilmes que Antena 3 emite por las tardes (lo que Baby denomina Dramones-Dramones) para luego colarlos como referencia culta en sus conversaciones sobre cine. Así, traté a duras penas de quedarme con el argumento mientras oía murcifrases alienantes.

Chico conoce chica

- ¿Qué habrán volao? ¿La cementera?

Chico pierde a chica en favor de supercamarada del partido con influencia

- No me extraña que hayan cogío Murcia... seguro quel produttó pasó por allí, olió los vertíos de curtíos del Segura y...

Chico se alista en los Spetznac y visita el Levante Español para joder el proyecto de armas químicas de Kim Jong Il que resulta estar en Murcia.

Chico pierde a hermano en tiroteo.

- Po podían habé zacao argo má de la pedanía que bien bonita que éh

Chico emigra a California y diez años después es un hombre de negocios respetable que vive con dos pibones y con una hija.

Chico sufre el intento de secuestro de su hija por dos punkies que tratan de robarle el coche.

¡Jua!  A Califonnia no me iba yo ni jarto vino agrio. Mejó quearse en Lorca, que ze pué viví mu bien recogiendo fruta y jodiendo lah fiehtah de loh puebloh vecinoh.

Chico da una tunda espectacular a los dos punkies.

Chico sale en la tele y recibe llamada telefónica.

- Buah, que niña má fea. Yo dejaría que ze la llevaran lo punkis

Chico descubre que sus excamaradas están organizando supermisiones en territorio americano.

Chico recuerda que sigue siendo ruso y confiesa a su mujer que aprendió a pelear en el ejército, pero no en el americano.

 Mujer de chico piensa ¡Coño! ¡Ya decía yo que me sonaba raro lo de que te llamases Georgi!

- Ezo zí que é una vecina y no la vieja que nozotroh tenemo ar lao.

Chico mata a mogollón de gente a hostias.

Luego descubre extraña trama inmobiliaria:

Supercamaradas resultan poseer equipo de futbol y quieren derruir un parque infantil para construir un estadio.

Chico descubre que el apellido del alcalde de Los Ángeles es
Gallardón.

- ¿Vé poqué cogieron Lorca? ¡Trama inmobiliaria! ¡Zolo fartan loh campoh de Golf!

Chico mata a todo el mundo de nuevo, que para eso es karateka.

Lo más cachondo es que la película, titulada en español Viejos Camaradas, tiene por título original Running Red... algo que da que pensar...

- ¿Corriendo rojo? Zerá del caló poque lo único que corríamo a gorrazo en mi pueblo era a loh curah... en la Guerra Civí loh tirábamoh a un pozo y luego bajaban loh zagale a rematal-loh. Magínate que me contó mi agüelo que una vé un aviadó nacioná se quedó zin balah ametralléndole, y viendo que no le daba le lanzó una llave inglesa que le dió en tol coco...

 

Tiemblo sólo de pensar que, como en Blade Runner, algún día todos estos recuerdos se pierdan como lágrimas en la lluvia.