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Me Cago En Mi Vida

ME LLAMO ACHÚS

ME LLAMO ACHÚS

Llevo cinco duras semanas permaneciendo puro, inmaculado, virgen a los deseos invasores de la naturaleza. Nada que ver con el sexo, una vez más, sólo parece que me haya librado de lo que Murci –ese vector de enfermedades- denomina la plaga.

Hace cuatro semanas Baby se resfrió. Tosió, estornudó, tuvo fiebre, faltó un día al trabajo y, finalmente, se recuperó. Pero la plaga prefirió mudarse e infectó al Gurú (algo que debería hacerme sospechar)

El Gurú se resfrió hace tres semanas. Estornudó, tosió, parecía tener fiebre... no faltó al trabajo porque le habían echado antes de su resfriado.

Noches y más noches, su catarro agravó sus ronquidos (vibraba incluso el sofá) pero, pasado un tiempo, logró superarlo. Pero la plaga es inteligente, y encontró a alguien que es un auténtico caldo de cultivo para su supervivencia y perpetuación, una casa en la colina donde criar a sus hijos y su ganado. El lugar perfecto para jubilarse. Infectó a Murci.

Murci lleva dos semanas tosiendo como si tuviese tuberculosis, estornudando en estéreo... y al parecer le encanta. No ha faltado un sólo día a ninguno de sus dos trabajos porque parece haber llegado a un acuerdo con su resfriado. Reparte pizzas entre semana –con su propia moto La Indomable-, sale de marcha hasta la madrugada prácticamente a diario porque, como él mismo dice, “nadie ni nada le va a quitar eso”; su habitación se sigue pareciendo a los muelles de cualquier pequeña ciudad portuaria antes de la revolución industrial (los insectos, arácnidos y pequeños sucios mamíferos siguen huyendo de su cuarto por lo sucio que está) y hay algo en su tos que me hace sonreír:

-    ¡TJO-TJO-TJO-TJO-TJONG!
-    Sí. Pronto morirá


Ya estaba preparando el lanzallamas para purificar su habitación, pensando en cuando no esté entre nosotros, cuando mis planes fueron frustrados por información de inteligencia de primera mano. En particular, información que él mismo me suministró.

-    Trah tré semanah acatarrao ya he’echo güenas migas con mirresfriao
-    ¿Mande?
-    Lo he’adoptao. Incluso le he puetto nombre. Le llamo “Achús


Luego me dicen que soy cruel por decir que Verdi es el compañero de piso y Murci sólo mi mascota.

-    ¿Le hablas a tu resfriado?
-    Mejó ¡Él me habla a mí!
-    Pues podrías haberle puesto un nombre de mujer...


Así va esto. Murci habla con su resfriado y yo sigo una estricta dieta de naranjas (kilos y kilos... como en los ejemplos de los diccionarios de inglés) en un intento de que La plaga no me afecte.



Me pregunto qué hará cuando pille piojos.

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