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Me Cago En Mi Vida

LA ABUELA DE HITLER

LA ABUELA DE HITLER

Cualquier actividad humana es capaz de enseñarnos algo, ya sea sobre nosotros mismos y hasta dónde somos capaces de llegar, sobre quienes nos rodean y lo que son capaces de hacer, o (principalmente) que existen dos normas básicas que rigen el universo, a saber:

- La gente es gilipollas, y cuando bebe más.


- Hay quien bebe para olvidar, hay quien bebe por amor y, finalmente, hay quien bebe por las mañanas.


Y habrá quien siga diciendo que el trabajo es de vagos, de inútiles y que cualquier simio borracho de cerveza podría hacerlo. A personas así sólo les puedo recomendar que consigan una habilitación de Interior, un uniforme, un par de narices, y que se vengan a hacer turnos de doce horas... no es tan fácil ser el pito del sereno... ni siquiera cuando tu superior directo es lo que, nosotros los occidentales, llamamos un jodido conserje.

Se preguntará el lector a dónde demonios trato de llegar. No hago otra cosa que allanar el camino hacia un personaje que deja atrás a Rotenmeyer cuando coinciden su primer día de regla y un nuevo intento por dejar de fumar, alguien tan odioso que haría vomitar de indignación incluso a Charles Manson, que haría gritar al Presidente Bush que, en el fondo, Sadam no era tan malo. Os voy a hablar de una limpiadora, pero no de una limpiadora cualquiera... os hablaré de una limpiadora MUY HIJA DE PUTA.

Ya lo decía Monty Pyton, Mira siempre el lado bueno de la vida. En el caso de esta limpiadora sólo puedo parafrasear una frase de Los Simpsons, de ese episodio en el que Marge tiene que pintar un retrato de Mr. Burns: Es malvada pero morirá. Porque cuando nos encontramos por primera vez con una persona malvada, lo primero que nos viene a la cabeza es la persona que ocupaba antes su puesto... y la limpiadora a la que sustituye esta mujer era la dulzura personificada, una abuelita encantadora, trabajadora... un encanto. ¡Ganas tenía de ser adoptado como su nieto para que me preparase galletitas! ¡Ganas tenía de ser su gato para dormir en su regazo! Pero un día se abrió la puerta, y entró la puta vieja más mal nacida de toda la Historia, dando órdenes, insultando y gritando, como si el hecho de ser una puta limpiapolvos con pérdidas de orina le diese licencia para avasallar a los demás.

Una forma de definir a una persona es compararla con la gente de su entorno, o cuando menos, con la gente que trabaja en el mismo lugar que ella y se dedica a lo mismo. Examinando a las demás limpiadoras, me doy cuenta de que la mayoría son muy educadas, amables... incluso hay alguna de Europa del Este que está muy buena. Casi todas ellas extranjeras. Ello me impulsa a mandar a la mierda a todos esos fachas que quieren expulsar a los inmigrantes. ¡A quienes habría que expulsar son a los españoles! ¡Cambiemos el nombre de este glorioso país por el de Extranjeria!

Todo esto es porque, tras un turno de noche de doce horas en el que un grupo de unos doscientos (a ojo) adolescentes trajeados que celebraba el fin de curso decidió cortar el tráfico, volcar contenedores y quemar papeleras justo delante del edificio donde estaba de servicio. Eso y, además, rompernos un cristal. Además, en otra de las salidas había un clan de gitanos que, para mayor gloria de su raza, logró espantar a todos los borrachos de los cojones que no pertenecían a la misma.

Sume a eso mi querido lector la visita de Chicho (sin otro objetivo que hacernos la vida imposible), que los capullos del club de padel se dejaron los aspersores abiertos, lo que llevó al personal y clientela de los pubs y discotecas aledaños a bailar bajo la lluvia (literalmente); que esos cabrones que se hacen llamar encargados no nos avisaron, sino que llamaron directamente a la Policía, que se colaron los borrachos de todos los fines de semana y hubo que sacarlos, que un imbécil decidió robar la lanza de una BIE (boca de incendios equipada) y no se le ocurrió nada mejor que abrir la llave del agua, con lo que inundó dos plantas del parking... vamos, que en una noche de luna llena, martes y trece en el calendario Maya, los planetas se alinearon y resultó que yo estaba en el medio de todo el follón. Supongo que sólo faltó que con follón quisiese decir enorme pentáculo.

Cuando sólo quedaban unos minutos para finalizar mi turno cuando la señora La limpieza es lo más importante, la bastarda Llego tarde y ese polvo no va a limpiarse sólo, la hija de puta de Yo le diré cómo hacer su trabajo pese a no saber ni limpiarme el culo (a mi ya avanzada edad) entró por la puerta exigiendo toda la atención. Directivos y mandos intermedios de corporaciones multinacionales esperan su turno para recibir las llaves de sus oficinas, muestran su documentación y saludan cortésmente agradeciendo nuestra firmeza y nuestra amabilidad. Cuando a esta zorra sexagenaria, a esta justificación para la eutanasia obligatoria a partir de los 60, esta excelente campaña publicitaria para Soylent Green, le entregué su tarjeta de acceso y sus llaves diciéndole: “Perdón por la tardanza, que tenga un buen día”, después de haber vivido un fin de semana de batalla, la muy pécora no pudo más que cogerlas con peores humos que una chimenea de Chernobyl, salir por pies, y gritar:

¡¡¡GILIPOLLAS!!!



Os juro que se me saltaron las lágrimas. Por eso he decidido la mejor venganza contra esta hija de la grandísima puta, contra esta aberración, contra esta cocinera de galletas de cianuro. La voy a rebautizar como se merece, dado que si le parto la cara (algo muchísimo más honesto) encima se me vendrían todos encima (malvado segurata nazi-fascista arremete cual horda de hunos a agradable viejecita).

Pese a que mereces ser crucificada boca abajo, puta vieja, tan sólo me referiré a ti, tanto en público como en privado como...




LA ABUELA DE HITLER



Damas y caballeros: Ha nacido una estrella.

4 comentarios

Golfo Vindicator -

Algún día necesitará un favor, ya sea una tarjeta de acceso, una llave, o una reanimación cardio-pulmonar. Ese día la señora verá mi puño cerrado y mi dedo corazón apuntando al cielo mientras me parto de risa.

Nosotros, los gilipollas, somos así, y hay que querernos tal y como somos.

Tranca-Eugenesica-Man -

Con esa acabas mal... pero te entiendo; hay gente que no deberia andar suelta por ahi sin antes haber sido esterilizada.

Golfo Wiesenthal -

¡No a las limpiadoras nazis!

TrancaMan -

Jooooooder! Dejala en paz, que mas que otra cosa lo que parece es que este tocada de la cabeza.