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Me Cago En Mi Vida

REBOTANDO DE UN LADO PARA OTRO (II)

REBOTANDO DE UN LADO PARA OTRO (II)  

Mi segundo destino para alternar este mes fue definido por un par de compañeros como zona de guerra. Nada más lejos de la realidad. Dos torres gemelas (¡ups!) en el centro de Madrid, con rondas cada hora que incluían tres o cuatro plantas de aparcamientos pobladas por algo peor que un minotauro: ¡Por gente! ¿Qué es eso de que un edificio de oficinas daba tener un parking público?

  

 

La mayor putada que te puede suceder en un edificio inteligente es que deje de funcionar... ahí he descubierto que me hago la picha un lío, pero al tener gente al lado a la que consultar los problemas rara vez pasan a mayores. Interruptores, lectores de tarjetas de ID, y más llaves que en un manual de judo me podrían hacer la vida un pelín más complicada si no hubiese sido alumno de R. Calduch: Ya lo dijo este gran hombre a modo de venerable anciano oriental: Se meticuloso y flexible... apúntalo todo y pide a quien lleva más tiempo que te lo confirme.

 

Por lo demás, siempre te puedes sentir útil ayudando a las compañeras y compañeros a aprender inglés o contar entretenidas historias de vigilancia, terror y soluciones originales para problemas tontos. 

 

Un compañero me dijo que la putada de que me relevasen azafatas es que llegaban a en punto... pues podría ser peor... podrían llegar tarde.

 

Anécdota: Con toda esta tensión, una noche se me derramó café sobre el puesto (teclado de ordenador incluido) de una azafata. Nada como un océano marrón y humeante para dar a la situación el toque que le faltaba. Es en esos momentos cuando un compañero con algo de experiencia viene de perlas.

 

El Señor Lobo y yo

 

Cálmate chico, tiene solución. Aunque yo suelo limpiar los teclados desmontándolos no te veo en condiciones de operar, así que sigue mis pasos:

0)      Toma estas servilletas y que absorban todo el café

1)      Ahora moja un poco de este limpia-hogar que tenemos aquí abajo para situaciones de emergencia en otra servilleta. Huele a limón, pero las bellezas que te harán el relevo perdieron el sentido del olfato debido a fumar tanto en su tiempo de descanso.

2)      No nos chupemos las pollas todavía... ahora humedece la punta de estos palillos de oídos (de emergencia) con el limpiador y pásalo entre esas teclas que parecen flotar en café

3)      Finalmente coge unas servilletas secas y pásalas sobre la zona humedecida con limpiador. ¿Ves? Como si no hubiera pasado nada.

4)      Finalmente, coge todo ese papel que parece haber aplastado a un millón de cucarachas puestas de cafeína y tíralos a esta papelera, coge otra bolsa de basura, cámbiala y tírala en el contenedor que hay fuera

5)      Lo has hecho muy bien, ni se mueve ni se nota. Ya estás preparado para anunciar compresas

 

 

 Tras esta experiencia en la gestión de crisis, a ver quién es el guapo que me dice que no puedo ser feliz con este trabajo. Cuando llegó el relevo de este compañero sonó su móvil. Él se limitó a decir:

Cariño, voy para allá. Estoy a treinta minutos de allí, llegaré dentro de diez.

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